5- Extraña encapuchada.

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Cinco años mas tarde.

El sol se estaba ocultado, y por las estrechas calles de una pequeña villa inglesa, Arabella se escondía para evitar ser vista por la guardia real.

-Creo que podemos movernos.- dijo White como una mantis sobre su hombro.

-Vuela al bosque, voy detrás de ti.- ordenó entre susurros.

Fueron solo segundos para que un cuervo blanco volara en dirección al bosque.

El sonido de las armaduras la alertó y se puso a correr en dirección contrario al ruido.

Un hombre robusto de armadura planteada casi sin brillo la vio huir entre las casas. Ella era fácil de reconocer. Llevaba algo rosa en su vestimenta, para que la clientela sepa quien es. Y su cabellera rubia, que siempre que la ataba en un moño ese se soltaba con rapidez, la hacia destacar por encima de otras brujas o hechiceras.

-Por el este caballeros, que no huya.- ordenó el tipo grande quien parecía ser el líder.

Desde el momento en que se marchó de la comuna sus días eran algo así. Aún que la mayoría de las veces abundaban quienes luego de su trabajo no se echaban a correr para meterla presa.

-Sabes como es esto, un día te contratan porque hay una plaga magia y cuando haces el trabajo sucio sos la nueva amenaza.- le supo decir una vez un forastero.

Pero la rubia aún confiaba en la gente no mágica. Aún creía en aquellos que admiraban a quienes hacían el trabajo que humanos no podían.

Tan rápido como sus piernas le permitieron, pudo huir de esa villa, salir ilesa, lo único que no tuvo el mismo destino fue su vestido que término con grandes manchas de lodo. La noche anterior había caído un aguacero que inundó las pobre calles que se vio reflejado hasta en sus zapatos.

Se perdió entre los árboles, y cuando noto que nadie más la seguía se paro a descansar.

-Esos tipos son unos idiotas.- dijo agitada, mientras se recostada de frente contra un árbol.-¿Donde demonios estas Galaga? Me debía esperar.

Su respiración se normalizó, y su cuerpo se relajo. Dejo que los sonidos de la naturaleza le relajaran, algo que le supo enseñar una bruja verde meses atrás. Usar las energías de los bosques, de la naturaleza que le rodeaba, como la fuente para recargar y a la vez relajar la magia, sin importar que clase se maneje.

Sin embargo aquella llenadora paz se acabo al instante de escuchar el crujir de unas ramas. No era Galaga, ya que le supo hacer un mapa mágico para poder reconocerlo y que no se le pierda tan seguido; puesto que el juglar siempre se iba detrás de alguna señorita, y no sabía como volver a la bruja.

-Justo donde te quería encontrar.- anuncio una voz femenina.-Ahora muy lento date la vuelta, bruja.

Arabella trago saliva, e hizo lo que la nueva amenaza le pidió. Se topó con una misteriosa encapuchada que lo único que dejaba ver eran sus vibrantes ojos azules.

-Ay por todos los brujos ¿Ahora qué? ¿Una caza recompensa?- se quejo alzando las manos.-Y con flechas.- señalo al ver que le apuntaba de manera muy amenazante con el arma.

Cronicas De Una Bruja- [Tales Of Arcadia, Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora