•Veinticinco•

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Se quiso acercar aún más y no lo niego, esto llega a pasar un año atrás y a pesar de tener esos ligeros sentimientos por Hermione, hubiese dejado que Camila me besase, que hiciese lo que quisiese, porque a mí ojos era una chica atractiva, pero como el resto de personas, fuera de una cama el único sentimiento hacia ella era vacío.

-No- me alejé.

Su rostro reflejó la confusión.

-Vamos Jannet, estar en guerra no quiere decir que tengas que ocultar tus sentimientos- bromeó.

-Es que ese es el caso Camila, no tengo sentimientos hacia a ti- solté aire por la nariz y me di la vuelta para ir hacia mi cama.

-Entiendo que estés confusa pero- giré mi mirada hacia ella.

-No he estado tan segura de lo que digo en mi vida- no quería darle importancia al asunto, ella y yo podíamos ser amigas.

-¿Es por ella?- rió de forma irónica.

Con el ceño fruncido la miré.

-¿Por la sangre sucia?- volvió a hablar.

-No vayas por ahí-

-Ella lo ha superado, es hora de que lo hagas tú- lo dijo con algo de desprecio.

-La única persona que debe superar aquí a alguien eres tú, Wood- no quería enfadarme, no debía.

-Estos meses atrás ha estado rodeándose de chicas y estaba muy feliz, ¿Porqué la defiendes?-

-¿Cómo mierda te atreves a ser tan mentirosa?- mi tono se había elevado.

-Es la verdad- parecía algo sorprendida por mi tono pero aún así no bajó su mentón.

-No claro que no lo es, por si no te has dado cuenta, he cambiado, soy alguien distinto, y ahora se lo que quiero y a pesar de no poder tenerlo al lado porque le haría daño no voy a dejar que a eso que me hizo feliz tanto tiempo lo desprecies de esa manera- mi pecho latía con fuerza de la rabia, mi cara estaba tensa a poca distancia de la suya y se podía notar la diferencia de altura al yo quedar por encima de ella.

-No era mi intención...- parecía arrepentida.

-¿Sabes? Otra de las cosas en las que he cambiado es que solo me quedo con la gente que me quiere de verdad y tú no eres una de ellas- dejé mi maleta en el suelo y molesta salí de la habitación.

Pensé que ella sería capaz de dejar sus sentimientos a un lado y podríamos ser amigas, que me ofrenciese su apoyo en momentos tan duros como estos.

Pero me había equivocado.

Inconscientemente me había metido por lo primeros pasillos que veía, quedando enfrente de las escaleras que iban hacia la torre de astronomía.

Al llegar fui sorprendida por el gran alboroto que había en el lugar, todo estaba hecho un desastre.

—Que mierda...— saqué mi varita para reparar aquel desastre, cuando escuché sonidos tras una estantería que se encontraba rota.

Apreté la varita en mi mano, preparada para atacar.

Cuando pasé detrás de la estantería formulé el hechizo de lumos, encontrándome a alguien que sabía que no me haría daño.

—Jannet...— alguien que conocía muy bien.

—Perdón, yo...–dejé de apuntarla con la varita de forma rápida— lo siento no sabía que eras tú, Hermione—

—No importa— las dos nos quedamos viendonos a los ojos, no decíamos nada pero lo expresábamos todo con la mirada.

Esperé reproches por su parte, incluso que me dijese cosas hirientes, pero no lo hizo, se agachó y siguió ordenando los libros y objetos que estaban rotos y tirados en el suelo.

—Te ayudo— le dije pero ella me frenó.

—No no, tú tienes mejores cosas que hacer que arreglar este lugar— su mirada pasó de forma nostálgica por el lugar.

—Por lo menos tengo que intentar arreglar esto, ya que puedo— hubo unos minutos de silencio mientras arreglábamos un poco todo aquel desastre cuando ella habló.

—La situación ya era muy tensa de por si cuando la guerra se desató– paré de hacer lo que estaba haciendo para escucharla— Me acuerdo que estábamos en clase de defensa contra las artes oscuras, Umbrigde...estaba más sonriente y desagradable que de costumbre, aunque lo pudimos entender cuando aquellos mortífagos entraron de forma violenta al lugar y ella no hizo nada para frenarlos— su voz se quebró y tras ello pude escuchar sus sollozos seguidos del llanto.

—Hermione— dije de forma suave acercándome a ella, tenía una mano en su boca mientras las lágrimas caían por su cara.

—Las caras de pánico de los alumnos, los hechizos imperdonables saliendo de las bocas de aquellos monstruos...— dijo apoyada en mi hombro mientras yo la abrazaba y pasaba mi mano por su espalda.

Sólo quería decirle que lo sentía, decírselo una y otra vez, porque no podía parar de pensar en que todo aquello era mi culpa.

—Todo no habría sido tan difícil si tú...– sentí una punzada en el pecho.

—Si yo no hubiese creado el caos que causé, lo sé...— ella quedó cara a cara conmigo, aunque nuestros brazos seguían pegados a los de la otra.

—No..Si tú hubieses estado aquí desde el principio, si hubieses peleado a nuestro lado y no sola, así no habría sido tan difícil— el nudo en la garganta ya se me había formado y me mordía el labio nerviosa.

—Esto no es tu culpa, y deja de hacer eso– pasó su mano por mi labio inferior liberandolo de los dientes que lo mordían nerviosa— Siempre lo haces cuando estás nerviosa, no se me olvidan tus pequeños detalles— rió suavemente.

Por eso era que la quería, por el sentimiento tan puro que me creaba, tan sola con tocarme, abrazarme, besarme, hablarme, cualquier cosa que hacía tenía efecto en mi, y era fácil, porque estaba enamorada de ella.

—Lo siento Hermione– quiso protestar pero no la dejé— Déjame terminar, lo digo por haberme ido de aquella forma, por haber sido como fui las últimas semanas, por no haber estado aquí y pensar en lo mucho que te afectaría, no pensé en ello, lo único que quería era que no estuvieses en peligro Hermione, no quería que tú salieras dañada— puse mi mano en su mejilla y la acaricié con mi dedo pulgar.

—No tienes nada por lo que arrepentirte, lo único que quiero es que nunca más te vayas de mi lado— entrelazó su mano con la mía.

—No lo haré— y bajo la luz de las estrellas que atravesaban los abiertos de la torre de astronomía, volví a besarla.

volví a sentir como mi corazón tenía vida.

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ꜱᴏʟᴏ ᴜɴᴀ ᴠᴇᴢ~ ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ (+18)Where stories live. Discover now