•Diecisiete•

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"Y en algún momento todo eso que contienes durante mucho tiempo, explota"

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"Y en algún momento todo eso que contienes durante mucho tiempo, explota"

—Jannet Stefan Black

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Doble actualización (2/2)

Llegué hasta el baño y me vi en el espejo, no pude evitar reir de que era cierto que parecía un mapache. Me encargué de limpiar cualquier rastro de maquillaje y me lavé la cara.

Fui bajando las escaleras para ir hacia la habitación de invitados de abajo para tomar algo de ropa y dejar que la mía se secara.

Cuando abrí la puerta vi que una chica estaba dentro, abrí los ojos como platos y volví a cerrarla.

—¡Lo siento!— grité a través de la puerta.

Dios la puerta tenía seguro, ¿Tan difícil era ponerlo sabiendo que había cientos de personas en el lugar?

La puerta se abrió y vi una Natalie confusa.

—¿Jannet?– dijo mirándome sorprendida —¿Qué haces aquí?— de repente parecía nerviosa.

—Es la casa de mi hermano— reí y ella asintió obvia.

—Lo se, pero es que nunca te había visto por aquí —sonrió y se hizo a un lado para dejarme entrar en la habitación.

—Pues si... Tiene gracia –me dirigí hacia el armario y me giré para mirarla, cerró la puerta y se volvió hacia mi.

La admiré por un momento.

Ella también llevaba purpurina morada en el contorno de sus mejillas, sombra de color lila en sus párpados y sus pestañas negras rizadas hacia arriba, sus labios llevaban gloss, su cabello en una coleta y con un bañador de color negro ajustado.

Nunca pude negar que esta chica era realmente preciosa.

Sus ojos verdes te miraban con dulzura, aunque sabías que mucho más adentro había mil demonios acechando su imagen.

—Tu hermano me invitó— sus ojos se abrieron como platos ante mis palabras, noté que un tono carmesí se apoderaba de sus mejillas.

—¿Hablas con mi hermano? Yo sabía que él te conocía pero que hablarais...— tragó grueso mirando hacia otro lado.

—Bueno, lo conozco de hace poco, pero si, se puede decir que hablamos— me volví a girar hacia el armario y busqué un bikini.

Unos eran demasiados antiguos con estampados de flores que podían cegarte y otros eran solo un fino trozo de tela que tapaba sitios insignificantes para lo que ya dejaba ver.

Opté por un bikini simple de color blanco que hacía unos cruces con los hilos por la cintura hasta atarse en el cuello.

—¿Qué harás con eso?— pregunta señalando mi ropa húmeda.

ꜱᴏʟᴏ ᴜɴᴀ ᴠᴇᴢ~ ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora