❤ᵀᵉ ᵃᵐᵃʳé ʰᵃˢᵗᵃ qᵘᵉ ˡˡᵃᵐᵉˢ ᵃ ˡᵃ ᵖᵒˡⁱᶜíᵃ
Escenarios y headcanons basados en Peter y su retorcida relación con MC. Además de los otros personajes que queremos tanto.
♡ Fanfic basado en la novela visual erótica y de horror llamada "Your Boyfriend" cre...
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Los destellos en el cielo eran los únicos faroles que la madre naturaleza le brindaba para iluminar su camino, el velo nocturno pintaba el ambiente sombrío de tonalidades azules y con un color carbón manchado de púrpura. Sus pies descalzos sentían el rocío que deslumbraba entre la hierba verde en aquel enorme jardín lleno de flores y una gran fuente, un constructo de rocas lleno de agua, un fluido hipnótico que se asemejaba al diamante líquido.
La ráfaga de viento le acarició la cara y el frescor de la noche parecía recibirle al espectáculo natural que estaba frente a su casa. La imagen de la vivienda ya no era tan visible después de haber atravesado un camino de azulejos perfectamente pulidos, con un par de líneas de árboles para escoltar su caminata.
— Cariño, vas a resfriarte.
Reconocería esa voz en donde fuera, un tono dulce y masculino que le derretía en un chasquido de dedos. A su derecha pudo visualizar con más detalle a su novio — caminando con la espalda perfectamente erguida y vistiendo su traje de gala, un conjunto azabache que lo combinaba con la penumbra de la noche y una corbata color sangre que resaltaba en su camisa blanca—, quien dejó salir una bocanada de aire en forma de suspiro al encontrarle.
— La noche es preciosa.
— Siempre has sido un romántico y gran amante de la noche —respondió admirándolo, dando un vistazo a su perfil y sintiendo de nuevo aquel forcejeo en el abdomen—. No tengo frío, en absoluto.
— Ven aquí, no te escaparás de mis cuidados, cielo.
Observó sus movimientos, tan cautelosos y cuidadosos que cualquier ladrón de guante blanco envidiaría con horrores. El saco de su traje lo colocó suavemente sobre sus hombros desnudos, la gélida noche parecía hacer travesuras al verle con un traje blanquecino transparente; le cubría hasta los tobillos y la ropa interior se veía a través de la delgada tela que le llegaba desde la clavícula. Su piel mantenía marcas rosadas provocadas por su necedad de abrigarse y sus labios agrietados mostraban lo necesario a lo que sus labios decían.
— Nunca puedo hacer nada para hacerte cambiar de opinión, ¿cierto?
El hombre de camisa lechosa tan sólo sonrió y se sentó en el césped junto a su amante. La imagen pulcra y limpia de su vestimenta estaba manchada con la sangre que lo cubría en forma desproporcionada a lo ancho de toda la prenda. Una pintura aparentemente hecha por un niño que comenzaba a secarse y ocultaba un pecado que no le pesaba en absoluto llevar consigo mismo.
