Capítulo 1

110 28 54
                                    

Todo comenzó aquí... O eso creí.

Los intensos rayos del sol atacan, sin piedad, justo encima de mis párpados abrumados y cansados. Abro mis ojos, entre quejidos y pesares, pero inmediatamente vuelvo a cerrarlos mientras extiendo mis sábanas sobre mi rostro.

Recuerdo que es verano, por lo que no vale la pena despertar al alba.

Emito un pequeño bostezo y vuelvo a cubrirme de pies a cabeza con la esperanza de regresar a un profundo sueño.

En eso, una voz se alza en medio del silencio. La voz de mi progenitor. Óscar Stone Rodríguez.

—Ava.

Lo escucho llamarme, yo farbullo.

—Ava, por favor. — menciona al bufar. —No me hagas enojar.

—¿Qué...?

—Vamos, despierta.

—No, no quiero. — le digo dándole la espalda. —Es temprano todavía.

—Se te hace tarde, Ava. — anuncia, tocándome repetidas veces mi cabeza para hacerme despertar.

—Tengo sueño...

—Suficiente, Ava. — declara con un tono de molestia. —Vamos levántate, llegarás tarde a la escuela.

—¿Llegaré tarde a la...? — repito somnolienta y algo atontada. —¿De qué hablas?

—Hoy es tu primer día, Ava. Se acabó el verano para ti. ¡Levántate!

Esas son sus últimas palabras.

Levanta la cobija que me cubre y tira de ella. Un estruendo se hace escuchar, el ruido sordo de mi cuerpo al caer sobre el suelo enlozado de mi habitación.

—¡¿Papá, pero qué mierd...?! — demando, completamente despierta.

—Respeto, Ava. — recalca.

Decido callar y escuchar.

—Se te hace tarde para la escuela y yo tengo que ir a trabajar, así que será mejor que te pongas en marcha.

Dice con un marcado agotamiento y así, deja mi habitación.

Bufé. —Viejo...

Y así comienza mi último semestre escolar con mi padre estricto sin emociones vistas por la raza humana y además, con un fuerte dolor de cabeza producto del golpe que me acabo de dar.

—Ugh, creo que me saldrá un chichón. — supuse mientras me sobaba el sitio en el que me dolía. —¿Tanto me odias, pa'?

Mi padre es un hombre de cuarentena y cinco años, de carácter firme y decidido, es alto y también es muy fuerte, es moreno, tiene el cabello negro áspero mientras que sus ojos son de color verde pero casi siempre están ausentes. En resumen, mi padre es una persona imponente y malhumorada.

Me levanto sintiéndome aún adolorida y no, no estoy exagerando. Imagínense por un momento que están plácidamente dormidos, cuando de repente su querido padre con su molesta voz ronca llega a gritarles mientras comienza a tirar de su manta, para finalmente acabar aterrizando en el duro suelo.

Un poco extremo, ¿verdad?

Aunque estoy acostumbrada, sigue siendo doloroso.

Luego de hacer mi cama me dirijo al baño para hacer mi rutina de aseo, después me visto como cada primer día, mi sudadera negra con capucha junto a mis jeans del mismo color y mis botines color azul oscuro, arreglo mi mochila y bajo a desayunar.

Solitaria©Where stories live. Discover now