Solitaria©

Capítulo 38

“Tanto amor y no fue suficiente,
Nuestros caminos ya son diferentes.
Tristemente,
Lo bueno nunca dura para siempre.
Sabemos que nos haremos pedazos,
Pero alguien tiene que
dar el primer paso.
Hace tiempo,
Que lo estamos evitando.
Ya sabemos bien que hay que despedirnos,
Pero duele porque
todavía no estamos listos.”

“No te quieres ir,
y yo no quiero que te vayas.
Quédate aquí,
Aunque sea solo hasta mañana.
Abrázame otra vez,
Cómo sino pasara nada.
Aunque sabemos que lejos estamos mejor, no te vayas hoy.
Todavía no.”

By' Ha Ash, Nanpa Básico:
"Todavía No"

=====❤️=====

Soñé cada día y noche con este momento.

Mi mente no abandonó nunca la idea de que regresaría.

Sé que jugué conmigo misma, visualizando entre lágrimas un montón de escenarios y circunstancias en las cuales volvería a verla. Mis sentimientos y emociones se mezclaban con mis pensamientos y recuerdos, todo aquello que viví a su lado se repetía una y otra vez en mi cabeza.

Durante los peores momentos de mi vida, no me permitía ni un solo segundo el dejar pensar acerca de cómo se desarrollaría este reencuentro.

¿Cómo sería en realidad? ¿Vendría a mí llorando, arrepentida, avergonzada, quizás un poco desesperada o tal vez mostraría cuánto orgullo sentía al haber crecido tanto profesionalmente...?

No lo sabía, mis esperanzas se desvanecían con cada minuto que transcurría sin que ella estuviese a mi lado.

—¿Mamá...?

El tiempo parecía no haber avanzado en ella, se veía tal y como la recordaba. Incluso mejor. Su rostro se encontraba más maduro que la última vez que nos vimos, algunas bolsas rugosas se acumulaban bajo sus ojos y en su frente, su cabello era ahora lacio y corto, su cuerpo se mantenía en plena forma y su postura se había corregido haciendo que el vestido entallado que traía realzara en ella. El vestido no la llevaba a ella, ella llevaba al vestido, se notaba que había cambiado bastante. Intentaba no despegar mi vista de ella y de su mirada, cuando sus ojos se cruzaron directamente con los míos sentí algo similar a cuando te arrojan un balde de agua fría en pleno invierno. No era capaz de leer nada a través de esa mirada, en sus ojos simplemente no veía nada.

—¿Ava? ¿Quién está en la puerta?

La voz de mi padre se hizo presente luego de unos minutos de silencio, pero no pude prestarle atención. Seguía mirándola únicamente a ella.

—¿Qué es lo que pasa? ¿Quién está...?

Luego oí a mi abuela.

Escuchaba cada vez más pasos resonar detrás de mí, un conjunto de pasos que fueron silenciados con solo asomar la vista hacia la puerta.

De repente, ella sonrió.

—Sí, amor. Soy yo. — pronunció dando un paso adelante, acercando su mano a mi mejilla demostró su intención de acariciarme. Me alejé por instinto. —Te prometo que soy yo, hija... Soy mamá.

Su mano consiguió hacer contacto con mi mejilla, con su dedo pulgar acarició y simuló dibujar pequeños círculos sobre mi piel. Esa simple caricia ocasionó que dejara de cuestionarme acerca de que si todo aquello se trataba solamente de un sueño o alguna alucinación. Ese gesto me confirmó lo que tenía tanto miedo de aceptar: mi mamá estaba de vuelta.