Capítulo 13

34 17 27
                                    

Al día siguiente...

Pasar toda la tarde y, literalmente, casi toda la noche frente al ordenador jugando Warcraft III tuvo grandes repercusiones, llegué a la escuela sin ánimo y soñolienta.

Casi no prestaba atención a las clases y digamos que en las conversaciones que tenía con Marcos no era muy distinto. Después de largas horas de estar sentada en el salón pensando en la cama que no toqué anoche, finalmente era la hora del almuerzo y caminaba por los pasillos del instituto hacia la cafetería acompañada de Marcos.

—Y esa fue la vez en la que casi me rompí la cadera... — le escucho hablar animadamente —¿Ava? Oye, ¿Estás bien? — me toca repetidamente el hombro como acostumbra a hacerlo siempre y eso provoca que despierte un poco

—¿Eh? Sí, sí, estoy bien — afirmo moviendo mi cabeza de un lado al otro para espabilarme

—Creo que matar monstruos a mitad de la noche no te hace bien. — opina buscando algo en su mochila —Aunque no dejo de admitir que eres bastante buena en ello, podrías sobrevivir sin problemas a un apocalipsis zombie.

—¿Qué haces? — pregunto

—Buscando algo que ahora mismo no logro encontrar. — dice mientras remueve sus cosas en la mochila

—¿Es algo en especial?

No puedo apagar mi curiosidad.

—Sí, espero no haberlo perdido... — hubo un silencio de algunos minutos hasta que —¡Las encontré! — exclamó llamando la atención de todos a nuestro alrededor

—¿Qué encontraste? — investigué con interés

—Son unas entradas para la feria que van a inaugurar cerca de aquí, en dos días, compré dos y querría saber, ¿Te gustaría venir conmigo?

—Pues, no lo sé, ¿Qué pasa con Víctor? — cuestioné sintiendo como mis mejillas se calentaban.

—Víctor también compró entradas, una para él y una para su hermana, todos iremos, solo faltas tú.

Solo faltas tú.

Veía como me ofrecía la entrada con una hermosa sonrisa que lo hacía lucie mil veces más lindo, encantador y sexy de lo que podía soportar. Las palabras no escapaban de mi boca, quería responder con un rotundo "Sí" pero lo único que conseguía era balbucear y tartamudear, lo que a la vez, provocó que desviara la mirada, muy incómoda.

Pasaron unos segundos sin que yo diera una respuesta, y cada segundo de silencio hacía que Marcos fuera perdiendo su cálida sonrisa.

—Entiendo si...

—¡No! Es decir, sí, si me gustaría ir. — acepté la entrada avergonzada por la situación tan extraña que había provocado —Y, ¿De qué es la feria? — pregunté guardando la entrada en mi mochila

—Eres muy curiosa, ¿Lo sabías? — inquirió Marcos

—Sí, lo sé, así que dime, ¿De qué es? — volví a preguntar

—Es una sorpresa. — respondió y continuamos nuestro camino.

Llegamos a la cafetería después de encontrarnos con Víctor y luego de hacer la larga fila para los almuerzos, nos sentamos en una mesa cerca de una ventana.

—A este taco le hace falta más picante. — se quejó Víctor después de darle una mordida a su almuerzo

—Víctor, la cocinera es austriaca no mexicana. — recordó Marcos —Además no te recomiendo comer tanto picante. — añadió comiendo una rebanada de zanahoria

Solitaria©Where stories live. Discover now