Hirofumi Yoshida

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Antes de leer esto debes tener en cuenta lo siguiente:

🥀) Hirofumi x Lectora.

🥀) No tiene +18.

🥀) ¡Espero que les guste mucho!

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"La isla de su sonrisa"

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"La isla de su sonrisa".

Al cabo de unas pocas horas y al final de la clase de historia, no pudo soportarlo más. Todos sus compañeros de clase le daban igual, sabía que uno trabajaba como cajero; algunas chicas gastaban su tiempo en el karaoke y luego en alguna tienda mediocre.

Nunca le había importado tanto la vida de alguien más que la suya. Aunque, a decir verdad, su misma vida no superaba la emoción mediocre de un trabajo en una biblioteca en silencio.

Era un chica modesta. Detestaba el ruido, adoraba las historias escritas con tinta en el papel de las memorias de los mejores autores, por eso no reprochaba ni un poco. Y, sin embargo, la cordura y magia que los libros le daban todas las noches, se trozaba cuando por la tarde, antes de terminar las horas de escuela lo encontraba.

Llevó su atención a la izquierda. Pensaba que tal vez hoy no sería igual que ayer, que ahora sería ignorada tanto como ella lo hacía, pero entonces la última isla de consuelo en la que se refugió naufragó cuando encontró a uno de sus compañeros devolviendole la mirada.

Los latidos de su corazón aumentaron. Su pecho se sintió oprimido y de pronto dejó de escuchar correctamente. Sabía lo que eso significaba, pero detrás de ello no encontraba ninguna razón.

Le gustaba.

Pero no estaba segura si gustaba de sus ojos oscuros y muertos. De ese lunar bajo esos labios peligrosos, o esa aura misteriosa que lo envolvía.

Pronto se tensó. De fondo escuchó la voz de su profesor acercarse y con total ternura dio un brinco para volver su atención al frente. Mientras tango, Yoshida tomaba su lugar con una expresión divertida y provocativa, además de profunda.

Le daba un poco igual los últimos minutos de la clase, así que recargó su codo sobre la mesa y su mentón sobre el dorso de su mano para poder tener una imagen más clara de su compañera. Sus labios se curvaron en una sonrisa tierna y demoníaca, casi parecía un chico simple, que por trabajo está lejos de ser un cazador de demonios.

La marea estaba subiendo a sus ideas. Supo que su rostro seguía caliente y por más deseos que tuvo, la escuela finalizó y uno su uno sus compañeros fueron saliendo tras el profesor hasta dejarlos completamente solos. Con torpeza se levantó de su asiento, estaba temblando y así se atrevió a guardar sus cosas en su bolso.

—Demonios... —murmuró la castaña sintiéndose observada por Hirofumi. Gruñó un poco y entonces dio la vuelta, completamente decidida a enfrentarlo—. ¿Se te perdió algo?

El azabache negó con diversión y observó su reloj.

—Todavía tengo tiempo, antes de... —se dijo al instante en que se colocó de pie, tomó su bolso y se encaminó al lugar de la castaña—. No se me perdió nada, ¿y a ti? Todos los días me ves a la misma hora.

En respuesta la castaña se colocó sobre la punta de sus pies y con el ceño fruncido, le picó la frente a Hirofumi.

—¡Eso es porque tú me observas! —reprochó la castaña y él asintió.

—¿Y te molesta? —preguntó sagazmente, reconociendo la vergüenza escrita en la frente de la femina que se negaría a responder a ello.

Al cabo de unos instantes, Hirofumi se echó a reír. Su risa era delicada, filosa, pero hermosa como las campanas de una iglesia cuando el sol recorta las montañas; la castaña quedó ensimismada por unos momentos, hasta que desvió la mirada y se dirigió fuera del aula a paso rápido.

—¡Espera! —Hirofumi fue tras ella, con sus pasos divertidos—. ¿Antes no te gustaría tomar algo conmigo?

El interés que presentó muy de repente la había dejado insegura. Desde lejos sabía que Hirofumi se limitaba a asistir a clase y salir de ella sin entablar ningún tipo de conversación, por eso se notaba a veces sombrío o con el cuerpo misteriosamente lastimado.

—¿Por qué de pronto me invitas? —devolvió ella con el escéptisismo a flor de piel—. Si crees que vamos a hacer ese tipo de "cosas" estas muy equivocado.

Nuevamente Yoshida estalló en carcajadas. Una vez salieron del establecimiento no tardó en sacar de su bolsillo un dulce que paseó por sus labios. Y cual si fuese un acto de divinidad, la castaña prestó atención a sus labios en sutiles intervalos donde creía pasar desapercibida.

—La, equivocada eres tú —respondió Hirofumi una vez encontró un poco de aire. Colocó su brazo por sobre los hombros de la castaña y la atrajo a él—. Solo busco conocerte, conocer lo que hay en esa cabecita que se enoja muy fácil.

Su corazón perdió el sentido del ritmo. No creía haber escuchado correctamente las palabras de Yoshida, pero aún con las mejillas rojas, asintió con lentitud.

—Eres muy tierna —sentenció el azabache, con sus cabellos cubriendo sus ojos y su piel pálida sirviendo como una nueva isla para las ilusiones de la castaña, donde el barco de sus labios la esperaría y todas las mañanas para zarpar—. ¿Entonces vamos?

Ella asintió, unió sus pasos a los de Hirofumi en su mente habían escritas en calor tres palabras; atrayente, peligroso, pero sombrío.

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⏰ Última actualización: Aug 17, 2021 ⏰

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Un romance infernal ━ Chainsaw man escenariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora