¿semidiosas perdidas?©

Chica ruda

lo primero que vi después de desmayarme fue el rostro de un pegaso, era realmente perturbador abrir los ojos y ver un enorme hocico encima de mi, trate de calmarme ya que en serio me había dado un susto que no te imaginas.
-"jefe, ya esta despierta"- , esa voz no era la de percy ni de Grover.-" parece piedra"- mientras iia esa voz voltee a ver a mi alrededor y solo vi a Percy pero el no movió la boca lo cual hizo que diera un grito ahogado y al quiéreme parar me golpeara con el pegaso y en ese momento oí la misma voz -" por el amor de Zeus , que le pasa?"-.
Por un momento pensé que el pegaso fue quien hablo pero no podía ser.
-tranquila- dijo Percy -se llama Blackjack- en ese momento Blackjack se puso en una posición de caballo súper cool. Fue difícil pararme, pero lo logre con ayuda de Percy, me sentía inútil, como si fuera un bebe tratando de pararse solo.
-Hola Blackjack- le dije rascándole el hocico -"si ahí, sigue rascando"- dijo Blackjack alargando el cuello.
Después de varios minutos rascándole el hocico a Blackjack Percy me dio un pedazo de una cosa rara de color miel, -esto te dará fuerzas- dijo Percy -aseguró que no es droga- pregunte en tono de burla -te aseguro que no, es néctar, si no lo has probado no has vivido- dijo Percy con una sonrisa de oreja a oreja.
Si sin duda, si no lo has probado no has vivido.
Después de varios minutos de caminata nos encontramos a una chica de tamaño promedio y pues la verdad con tan solo mirarla no te querías acercar.
-Veo que traes una nueva amiga- dijo la chica, al decir esas palabras recordé a catarina. -es nueva- dijo Percy -Hola, soy Clarisse- su voz no era de cualquier chica normal que va al colegio y tiene amigos, y en verdad no creo que tuviera cualquier amigo -Hola, soy Val- le dije tímidamente estrechándole la mano y solo se me quedo viéndome la mano y después volteo a ver a Percy, sin duda se me hizo algo irrespetuoso, digo a mi me enseñaron a saludar así.
-Muy simpática tu amiga- dijo Clarisse dirigiéndose a Percy y después nos dio la espalda. -Mucho gusto en conocerte- dije en voz baja.