六十六

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El ligero llanto de su bebé le hizo salir disparado a su cunita, secó sus manos del delantal que tenía amarrado a su cintura para cargarlo contra su pecho, escuchando ahora solo unos pequeños sollozos que salían de su boquita.

-Papi no ha terminado de cocinar, amorcito - susurró derrotado mirando a su bebé, SungChan bostezó para quedarse pegadito a él, haciéndolo suspirar otra vez.

Se acercó a la cocina para apagar el fuego de la estufa, ahora debía de concentrarse en su bebé que pedía su atención. Preparó el biberón del pequeño para agitarlo al aire, tomó asiento en el sofá para dejar el biberón en la mesita y después a su bebé en el mueble, quitándose rápidamente el delantal para dejarlo a un lado, cargó de nuevo a SungChan y tomó la botella para acercarla a su boquita, dejándolo comer tranquilo mientras lo revisaba.

Sus ojitos estaban medio abiertos, su naricita como un botoncito respiraba de forma normal, sus mejillitas rosaditas por su reciente sueño lo hacía ver hermoso.

-Te amo - susurró, los amaba tanto, su amor por ellos se desbordaba cada vez que los veía, sonreía y se sentía afortunado con la familia que tenía, con el esposo que tenía a su lado.

Escuchó los pasitos de ByungChan hasta verlo frente a él, estaba sucio de lodo pero no borraba esa traviesa sonrisita de sus labios que le hizo reír.

-Amor, ¿Que hiciste en el jardín para estar así, mmh? - preguntó riendo, sus piesitos estaban descalzos, sus manitas sucias y tenía una franja pequeña de lodo en su cachetito izquierdo.

-Maíposha - dijo señalando la puerta.

-¿Encontraste una mariposa? - preguntó y ByungChan asintió sonriendo - Ya veo - sonrió - Terminaré de alimentar a Sungie para darte una ducha y terminar de cocinar, ¿Está bien? -

-Shi - respondió pero antes de, miró a su papi de forma intensa, pidiéndole con la mirada volver al jardín.

-Ve Channie, pero ten cuidado - dijo y no dijo más no porque no quisiera, sino que su hijo había abandonado el lugar corriendo y saltando para volver al jardín a jugar. Sin borrar la sonrisa de sus labios, miró hacia abajo y vio a su bebé dormitando, quitó la mamila de su boquita para llevarlo a su hombro para sacar sus gasecitos, escuchando sus pequeños eructos.

Al terminar con el bebé, lo dejó nuevamente en su cunita para salir al jardín donde su hijo estaba, ahora jugaba intentado atrapar el gato del vecino, un gato gris muy curioso, pero amigable que escapaba de su hogar para subir a la ventana más cercana a la casa de los Wong, a veces iba a la casa de sus vecinos, pero luego regresaba a su hogar antes de la hora que sus dueños volvían a casa.

-Pelusa, otra vez - dijo acercándose para acariciarlo, sintiendo su ronroneo contra su mano y viendo sus ojitos cerrados, disfrutando de la caricia.

Acarició al gato otro ratito para luego entrar a la casa, dejando la puerta abierta pues a veces el felino entraba a su hogar para curiosear por allí. Duchó a su hijo rápidamente, quitando el lodo de su cuerpecito para después vestirlo con otras prendas y dejarlo listo.

-Ya no más juego con lodo en el jardín, ¿Bien? - preguntó y ByungChan asintió - Vamos al sofá con Pelusa y Sungie a ver...

-Poyo - dijo completando la oración de su papi.

-Ponyo será - sonrió.

🌙

Con un ByungChan jugando con SungChan, pudo empezar a hacer la cena con calma. Sus bebés eran tranquilos y casi no le daban lata, aunque algunas veces no era así, ByungChan tenía mucha energía o SungChan era un mimado, así que debía de ser más fuerte para controlarlos.

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