capítulo 22

2.4K 349 56
                                    

Piensa como alfa.

Se un alfa.

Piensa como activo.

Se activo.

Piensa como hombre dominante.

Se un hombre dominante.

Park Jimin se repetía así mismo cada oración de manera desesperada en su mente desde hace un par de minutos.

La clase teórica de la señora Mun lo tenía demasiado aburrido, por lo que se decidió pensar en qué haría con respecto al beso que le había robado a Jungkook el día anterior. Después de haber salido corriendo de la habitación llegó hasta la suya con el corazón latiéndole frenéticamente.

Durante toda la noche se la pasó pensando en que haría de ahora en adelante. ¿Sería bueno hacer como que nada pasó o era mejor hablar de ello? No lo sabía, pero de lo que sí estaba muy seguro, era que quería probar de nuevo esos suaves y finos labios que lo dejaron volando por una falsa ilusión en las nubes, por ello se dijo a sí mismo que si iba a intentar algo, debía de prepararse antes, y más aún si iba a ser el activo de la relación, aunque su lobo se burlara de aquello.

Había llenado una larga lista de cosas por hacer con Jungkook para conocerse mejor antes de comenzar a hablar de sentimientos, claro que no pensaba decirle al más alto nada de lo que tenía planeado. Quería que todo fluyera con normalidad, no quería terminar como payaso si el omega no llegara a sentir más que amistad por él.

Si vas a ser el activo tienes que invitarlo a salir primero, pagar en sus salidas y, lo más importante, darle muchos mimos y atención. Se dijo a sí mismo.

Eso suena como a algo que quisieras que hicieran contigo, Jimin.

Había dicho su lobo en un bufido.

El omega mordió su labio inferior. Su lobo tenía razón, siempre había deseado tener a un alfa que le diera mucha atención, le cuidara y protegiera, pero eso no iba a ser posible por el simple hecho de que no confiaba en ellos, prefería terminar casándose con un beta o incluso, un omega, más no un alfa.

Si tan sólo existiera un alfa con la personalidad de su padre omega, o como Jungkook, entonces tal vez podría intentar algo.

Pero no había nada que hacer. Tal vez era algo muy tonto de su parte el generalizar a todos los alfas como unos cretinos sin principios, pero simplemente no podía verlo en otra perspectiva, no cuando la alfa de su padre le recordaba cada vez que lo veía que no tendría futuro, y que lo único que debía de hacer era obedecer, atender y mimar a un alfa, porque para ello, los omegas existían.

—Jiminie... ¡Jimin! —le llamó una voz ronca a su costado.

El rubio miró de reojo a la profesora para ver si no les estaba observando, y cuando vio que esta estaba muy concentrada en un libro que tenía en sus manos, se permitió inclinarse un poco para poder charlar con el castaño.

—¿Si, Jungkookie hyung? —interrogó en un tono suave, con una gran sonrisa de oreja a oreja.

—¿Qué te sucede?

—No le entiendo, hyung —musitó bajito, arrugando sus cejas.

—Estás haciendo muchos pucheros desde hace rato, Jiminie —ladeó la comisura de su labio en un pequeño intento de no chillar de la emoción al ver tanta ternura—. Además, has estado viendo un punto fijo en el suelo desde que comenzó la clase.

—Yo sólo pensaba en... no. No me haga caso, hyung... —todo el valor que había adquirido minutos antes se esfumó en menos de un segundo.

Los colores se le subieron a las mejillas abultadas del omega, y Jungkook tuvo el impulso de querer agarrarlas para darle muchos besitos.

un omega de mentira 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora