capítulo 02

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—Deja de moverte.

—Pero es que me pica —hizo un puchero el alfa.

—Ahora puedes entender cuan difícil es ser un omega —le recriminó su hermano.

Jungkook se encontraba en la habitación de Hoseok, este último, estaba maquillando su rostro, mientras Jungkook solo estaba sentado en la silla frente al espejo. El alfa mayor sentía un poco de molestia ante todos eso que su hermano estaba regando por toda su cara.

—Yo amo a los omegas, Hobi —le confesó con un suspiro—. Solo imagínate, ¿qué sería de los alfas si los omegas no existiesen o que harían los omegas sin los alfas?

—¿Y los betas? —preguntó el menor—. ¿Por qué nunca piensan en los betas?

—Los betas también son una parte muy esencial...

—No me convences.

Jungkook rodó los ojos. Su hermano siempre había sido muy dramático.

Los hermanos Jeon, siempre habían sido muy extraños. Ambos pasaban molestándose entre ellos casi las veinticuatro horas al día, pero eso sí, si otra persona se metía con uno, entonces el otro iba al rescate.

Jungkook y Hoseok casi no se parecían en nada físicamente. Mientras que Hoseok era un chico delgado, piel un poco tostada, sonrisa resplandeciente, ojos café y la definición de alegría. Jungkook era un poco más alto, piel muy blanca, ojos color chocolate y era un poco más reservado.

Por otro lado, estaba su hermano menor. La mayoría de veces, Hoseok y Jungkook se olvidaban frecuentemente de él, ya que Yugyeom siempre estaba en su propio mundo, se la pasaba en su habitación haciendo cosas las cuales ellos no tenían ni idea.

Yugyeom era alguien extremadamente reservado. Jamás se había acercado a sus dos hermanos para pedir algún consejo, o para pedirles algo, ni siquiera hablaba mucho con su padre. Era todo lo contrario a un omega común. Pero físicamente, era idéntico a Jungkook.

—Hablando de olvidar... —comenzó a decir Hoseok con preocupación sin dejar de maquillar a su hermano—. Últimamente he visto más decaído a Yugyeom... He intentado acercarme, pero siempre me responde cortante —suspiró decaído—. Tengo miedo de que algo le esté pasando, Jungkook.

Jungkook se lo pensó un poco. Era cierto que su hermano omega era la persona menos comunicativa del mundo. Muchas veces Jungkook pensó que sólo era una etapa, ya que estaba entrando a la dura adolescencia, pero nada de lo que el pequeño omega hacía era normal.

—Hablaré con papá —le calmó. Su padre era el único que se podía acercar al omega sin que éste le respondiera de manera sarcástica.

Un silencio un poco abrumador se apoderó del lugar. Lo único que se escuchaban eran los pequeños sonidos que se creaban con los objetos que Hoseok tenía en su mano, los cuales usaba para maquillar al mayor.

El alfa siguió dando pequeños retoques, siendo extremadamente cuidadoso en lo que hacía.

Hoseok había asistido a unos pequeños cursos de cosmetologia, en los cuales, recibió burlas por montones al ser el único alfa del lugar. Pero poco le importó, a él le gustaba todo lo que tenía que ver sobre los cuidados de la piel y la belleza. Podían llamarlo niña, pero el amaba verse bien.

—Listo —dijo cuando terminó de maquillar al mayor—. Ahora, ¿tragiste lo que te pedí?

Jungkook asintió. Después de que Hoseok aceptara el ayudarle, le pidió que fuese a su habitación y agarrara el pantalón más estrecho que tuviera, más una camisa de un color claro. Lo último le costó mucho a Jungkook, ya que en su habitación abundaban los colores oscuros, y no es porque fuese algún tipo de chico rockero, sino que, él consideraba su piel un poco demasiada blanca como para verse aun más. Los colores oscuros ayudaban a resaltar todo de él.

—Cámbiate, te espero acá —le señaló la puerta al fondo.

Jungkook ignoró a su hermano y comenzó a desvestirse.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Hoseok con sus ojos muy abiertos.

—Me estoy quitando la ropa, ¿no es obvio?

—Pero... ¡ve al baño! —dio un pequeño grito agudo.

—Eres hombre, yo soy hombre, eres mi hermano y yo el tuyo —se terminó de quitar la camisa, para luego detenerse y ver a su hermano—. Eres alfa, yo también y por último, tenemos lo mismo, así que no me jodas.

—Sí, pero no quiero quedar traumado por ver a mi hermano desnudo —bufó—. Estoy conforme con mi cuerpo, pero si... Tú... Ya sabes... Me ganas en eso, sería devastador para mí.

Jungkook soltó una fuerte carcajada. Su hermano era tu todo un caso, pero así lo amaba.

—Tienes más músculos que yo —continuó en lo que estaba. Desabrochó su cinturón para luego comenzar a quitarse el pantalón.

—No me digas eso —chilló indignado—. ¿Sabías que a veces los hombres más musculosos son los que menos dotados están?

—Tal vez puedas ser la excepción.

Hoseok ya no volvió a decir nada. Era brutalmente extraño el que estuviese hablando de eso con su hermano. Se suponía que eso se debía de hablar entre amigos, no con alguien de tu misma sangre.

Jungkook tampoco volvió a hablar, y mejor se metió de lleno a seguir cambiándose. Fue todo un reto el meter esos pequeños pantalones de lona, más por el hecho de que uno de sus pies se desvío y terminó por meterse en el espacio abierto que tenían dichos pantalones en el área de la rodilla. Se puso la camiseta color salmón y suspiró cansado. Se sentía como un chorizo mal amarrado.

—Terminé.

Hoseok se dio media vuelta para corroborar las palabras de su hermano, al hacerlo, su boca se abrió creando una "o" perfecta. Nunca llegó a pensar que su hermano fuese tan guapo, pero ahora, comenzaba a creer que el era todo un adefesio a la par de Jungkook.

—¿Qué? ¿por qué me miras así? —preguntó con una mueca el mayor—. ¿Tan mal me veo?

—¿Estás bromeando? —preguntó incrédulo el menor—. ¡Por la diosa luna, Jungkook! Espera... sólo falta algo.

Hoseok sin decir nada más, se acercó al mayor y puso sus manos en el cabello de éste, más específicamente el que cubría su frente. Con su dedo, hizo para un lado todo el cabello que reposaba ahí, dejando al descubierto la frente del mayor.

—¡Listo! —exclamó emocionado—. Te juro que si no fueses mi hermano y fueses un omega, te cortejaria ahora mismo —dijo coquetamente—. Ve a verte al espejo.

Jungkook hizo caso a lo que él menor le dijo y rápidamente se acercó al espejo de cuerpo completo. No era que Jungkook tuviese una autoestima muy alta, pero luego de ver su figura, se sintió muy hermoso. Una sonrisa se formó en su boca, pero salió de sus pensamientos cuando sintió que alguien le pegaba en su trasero.

—¿Qué demonios acabas de hacer? —gruñó el mayor, volteando a ver al otro chico.

—Lo siento, no pude resistirme —Hoseok sonrió divertido—. Esos pantalones le sientan bien a tu trasero.

Jungkook bufó. No tenía caso pelear con su hermano, él ya era un caso perdido.

—Mañana será el gran día —dijo en un susurro audible—. Por fin podré entrar a la academia...

—Tal vez quisiste decir "podremos" —le interrumpió el menor.

—¿De qué hablas?

—Si tú vas, yo también...

Esto no iba a salir para nada bien...

un omega de mentira 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora