4. Te Necesitamos.

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Es muy raro enfrentarte a algo que ni conoces. He perdido la cuenta de las veces que he venido al bosque. Zigor me ha ido a buscar, dice que quiere pasar tiempo conmigo y estudiarme.

No entendí a qué se refería con estudiarme por eso le pregunté:

-¿A qué te refieres con que me vas a estudiar? -Zigor me miró y sonrió.

-Nunca he pasado tiempo con una humana, todos los que conozco son hombres o mujeres lobo.

-¿O sea que soy tu rata de laboratorio? -asintió.
-Algo así -alcé una ceja y bufé.

-¿Y qué vamos a hacer?

-¿Qué sueles hacer tú? -Me encogí de hombros.

-Pasar tiempo con mis amigos, estudiar, limpiar -puso cara de aburrimiento a lo que yo reí -. ¿Tú que sueles hacer?

-Mear por las esquinas -lo miré con cara de asco y él estalló en carcajadas.

-¿Es en serio?

-Suelo escapar de los cazadores para que no me maten también.

-Se nota la adrenalina -volvimos a reír -. ¿Alguna vez te han herido? -Llegamos a una especie de pueblo pequeño en mitad del bosque. Había muchas personas, estaban hablando, riendo. Parecían normales.

-Muchas veces -respondió cruzado de brazos.

-¿Y tenéis un alfa o..?

-¿Cómo sabes lo del alfa? -Me encogí de hombros.

-Hay una serie de hombres lobo que me gusta mucho -fui sincera haciéndolo reír.

-¿Te crees que por ver una serie en televisión ya sabes cosas? -Negué.

-No, pero solo preguntaba.

-¿Cómo también le preguntaste a Yannick si salíamos a aullar a la luna? -bufé.

Llegamos al lado de Yannick y de una mujer.

-Vosotros los hombres lobo deberíais empezar a diferenciar las preguntas sarcásticas de las reales -los tres me miraron con las cejas elevadas.

-Si, tiene razón -me señaló la mujer.

-Enséñame a diferenciarlo humana -rodé los ojos y sonreí.

-Lo sabrás con el tiempo.
Miré a mi lado derecho y pude ver a una chica con un bebé en brazos. Venía corriendo y llorando.

-Lo han disparado -Yannick se acercó al bebé y lo cogió.

-¿Puedes hacer algo? -Miré al hombre y al bebé.

-N-no lo sé, soy veterinaria, no sé cómo... -Los miré y suspiré para relajarme -. Vamos a la veterinaria.

Todos comenzamos a correr rumbo a la veterinaria. La mujer dejó al bebé en la camilla de operaciones.

Tenía un tiro en el abdomen.

-¿Cómo mierda no está muerto? Es muy pequeño -miré a Yannick y le inyecté anestesia.

-Es un lobo, por muy herido y pequeño que esté no puede morir, no le han dado con una bala de plata y eso es bueno -asentí.

Comencé a suturar la herida. Eso estaba siendo demasiado para mí, a veces se me nublaban los ojos. Era un bebé... Tenía tan solo unos meses. Yannick no parecía asustado, más bien tenía cara de: "es lo normal en mi vida".
Al acabar Yannick me miraba con una sonrisa, otra vez había salvado a uno de los suyos.

Acaricié al bebé y sonreí. Estaba dormido, suspiré apoyando la cabeza en la camilla.

-Gracias otra vez -negué.
-No hay de que -cogí al bebé en brazos -. Yo no me quiero meter en vuestras vidas, de verdad que no, pero ese bosque es muy peligroso, aunque seáis hombres lobo, ellos son bebés y tampoco pueden sufrir así -Yannick se cruzó de brazos y se puso serio.

Anclada✔️Where stories live. Discover now