━ 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐋𝐎𝐕𝐄 | 𝖥𝗎𝗌𝗁𝗂𝖨𝗍𝖺.

▉ 𝟎𝟑𝟖 ; a little lover

UN PEQUEÑO ENAMORADO.

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| Megumi chiquito|

Megumi siempre esperaba que su niñero lo recogiera en la escuela al igual que a su hermana.

Itadori Yuuji era su niñero, desde hace un par de meses y desde la primera vez que lo vio se enamoro de él. Ya saben, el típico primer amor de un niño.

El pelirrosa apenas había llegado a la puerta de la primaria donde un pequeño Megumi y una no tan pequeña Tsumiki le esperaban.

— Ay, lo siento, salí tarde de la escuela. — se disculpo el adolescente tratando de recobrar el aire. — No esperaron mucho ¿verdad? — ambos niños negaron haciendo sonreír al mayor.

Megumi miraba a Yuuji con ojitos de admiración que tal vez no se mostraban porque era demasiado inexpresivo, pero es que el mayor hacia acelerar su corazón cada que lo veía. Quería proteger a Yuuji a pesar de no ser lo suficientemente grande para ello.

— Denme sus cosas, vamos a casa. — la pequeña Tsumiki le extendió su mochila mientras que el azabache se negó. — Uh ¿por qué no?

— Para que no cargues tantas cosas. — Itadori sonrió enternecido y acaricio esos cabellos negros.

El mayor les extendió ambas manos para que los niños lo tomarán, uno a cada lado. El camino a la casa Fushiguro era lo que más le gustaba del día a el pequeño Megumi.

Tomar la mano de su amor le hacía feliz, a pesar de que su mano era claramente para pequeña que la Yuuji.

Itadori siempre les preguntaba sobre su día, si tenían hambre, lo que querían comer llegando a casa, haciendo el camino más ameno. Yuuji sin duda era el mejor niñero de todos.

Megumi lo admiraba, cada acción que hacía el mayor lograba que el corazón del pequeño se aceleraba y se enamorara más de él.

— ¡Hey! — una voz gruesa que los tres conocía se acercó a ellos por detrás. Al llegar abrazo del cuello al pelirrosa para acercarlo a él.

— Oh ¡Sukuna! Saliste temprano. — el hermano mayor de Yuuji era un problema para el pequeño Megumi, no le gustaba que aquel grandotote se le apegara tanto.

Mientras que el hermano grandotote sabía perfectamente que no le agradaba del todo a aquel mocoso azabache al igual que sabía que ese niño estaba enamorado de su hermano.

— ¿Nos acompañas? — preguntó Yuuji quien miraba a su hermano que a su vez miraba a Megumi sonrientemente.

— Claro, ahora dame esto. — tomó el maletin de Itadori quien le agradeció por un peso menos sobre su hombro.

Sukuna le mostró el dedo del medio a Fushiguro mientras su hermano no lo lograba ver.

Megumi estuvo de mal humor lo que quedaba del camino a casa.

— Sabes que a ese mocoso le gustas ¿no? — hace un par de horas que los hermanos Itadori habían regresado a su casa una vez Toji había regresado.

Los dos estaban cenando tranquilamente en el comedor.

— Sí, lo sé, es adorable.

— Lo que tu digas.

— No seas grosero con él, es apenas un niño. Todos tuvimos ese enamoramiento.

— Yo no. — el otro pelirrosa le miró feo.

— Tal vez tú no, porque eres un amargado, pero yo sí.

— Claro con Nanami; te veías muy idiota y eras demasiado obvio.

— ¡Era un niño! — su hermano mayor le siguió molestando como era siempre.

Sukuna cuidaba a su pequeño idiota hermano, siempre fue protector con él y le gustaba molestarlo a él y a sus amigos; aunque también a el mocoso de Megumi.

Quien mientras estaba en su casa acabando de hacer sus deberes tomó la iniciativa de hablar con su padre de algo.

Una charla de hombre a hombre, según él.

— Padre. — Toji le respondió con un simple "hmm", mientras le daba un sorbo a su cerveza. — Quiero que me entrenes para ser fuerte.

El adulto lo miró sin creerle mucho, pero al ver el rostro decidido de su hijo acepto sin decir mucho.

Sabía porque Megumi quería ser más fuerte por el niñero que contrato hace un par de meses.

Su hijo era muy fácil de leer a pesar de que no era alguien que demostraba mucho lo que piensa o siente, pero es su padre, él lo sabe todo o casi todo sobre su hijo.

Durante semanas entrenó a su hijo para poder defenderse y fue un trabajo duro, debido a las pocas horas en que Toji se encontraba en casa.

De hecho le encargo a Itadori que de favor le ayudase a entrenar a su hijo mientras él no estaba.

Megumi no tenía idea de que su amor podía pelear de esa forma, Yuuji se miraba tan lindo e incluso indefenso por lo amable que llegaba ser, no tenía idea de la fuerza que tenía el pelirrosa, pero eso solo lo hizo enamorarse aún más de aquel chico.

Y ese amor duro por muchos años, incluso cuando Megumi entró a la secundaria y Yuuji ya estaba a nada de irse a la universidad, cuando ya ni necesitaba un niñero pero seguía acudiendo a Yuuji para no dejar de hablarse.

Al pelirrosa le seguía pareciendo adorable a pesar de todos esos años que el azabache estuvo enamorado de él.