Primera vez

163 20 6
                                    

—Vamos Levi, no pensé que Eriwin nos fuera a dejar morir así...

—¡Claro que nos iba a dejar morir! Parece que no lo conoces. —Levi se cruzó de brazos, indignado—. ¿No te acuerdas que dejó morir a su novia el semestre pasado?

—No lo recordaba, la verdad, pero no pensé que nos fuera a tratar al nivel de esa chica que no le duró ni dos semanas. Aunque tal vez duraron tan poco porque lo cortó por dejarla morir. Como sea, solo vamos a tener que hacer el proyecto nosotros dos y ya. De hecho creo que nos puede ir mejor que a él.

—Solo porque estás loca, no hay manera de que le ganemos a sus aspiraciones de médico, no hay nadie más importante que eso. —Hange se estiró el la hierba de la jardinera y terminó acostada de lado con la cabeza en su mochila, observando a Levi—. No hay manera de que lo hagamos mejor que él, ni siquiera estoy seguro de que podamos hacer la expo sin él porque nosotros sí tenemos vidas propias.

—¿Desvelarnos viendo anime es tener vida propia? —preguntó Hange y Levi entornó los ojos en su dirección, le gustaban mucho a pesar de lo cansados que se veían todo el timpo—. Solo digo que tal vez si nos esforzáramos un poco en vez de dejarlo todo para él quizá tengamos buena calificación. No necesitamos a Erwin para nada.

—Nunca hemos hecho nada sin él —se quejó Levi de nuevo. La molestia, Hange sabía, venía de la pereza, no de la duda sobre su capacidad.

—Entonces esta será la primera vez.

—Cielos, cuatro ojos, mi primer "primera vez" está a punto de ser contigo, ¿no te emociona?

Hange se ruborizó, pero la vergüenza no era exactamente un medio para callarla. 

—Por favor, ni que no hubiera participado ya en tu primera vez haciendo amigos.

Ahora fue el turno de ruborizarse de Levi, que en vez de quedarse a que Hange siguiera diciéndole cosas se levantó y se puso su mochila en un hombro. Se dirigió a la cafetería y Hange no tardó en levantarse y seguirlo. Levi, tan ágil como siempre libró de un salto el cerco de cemento que rodeaba el área verde, mientras que Hange se tambaleó, como era usual en ella, para saltarlo. Lo alcanzó a zancadas largas. 

—Vamos, a que sí fui de tus primeras amigas. De hecho no recuerdo haberte visto con Erwin hasta que me empezaste a hablar. Somos tu primera vez, ¿no es así?

—¿Quieres bajar la voz? —gruñó el chico—. La gente no sabe de qué hablamos y si algo no nos va a agradecer Erwin es que haya un rumor de que su primera vez fue con nosotros.

—Pero si Erwin sí tenía amigos antes... Solo es que la primera vez de nosotros dos fue con él, no significa que su primera vez haya tenido que ser con nosotros. 

Levi exhaló ruidosamente. Hange se sentía tranquila caminando con él. A pesar que de su amigo midiera al rededor de diez centrímetros menos que ella se sentía protegida. Esa fue la razón principal por la que se quedó con él. Sospechaba de sus acciones en el buzón de San Valentín, pero el que nadie se atreviera a molestarla después de que la vieran hablar con el antipático de Levi había ayudado. 

Ahora no temía de forma activa un ataque, pero aún así le gustaba estar con él. Se sentía menos torpe, quizá porque prestaba menos atención a sus movimientos toscos. No tenía caso compararse con alguien que parecía medir por milímetro en dónde estaba cada parte de su cuerpo.

—Tú sí fuiste mi primera vez —el rubor le subió por las mejillas a su amigo y ella le abrazó los hombros—. Antes de ti no tuve ningún amigo.

—Deja de ser rara, es patético que presumas que tu amistad más larga tiene solo tres años —chilló él y se escurrió de su agarre, agitado. 

Semana LeviHanWhere stories live. Discover now