Puesta de sol

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Tú:

Hasme el favor de bañarte antes de pasar por mí, for favor

Cuatro ojos:

*Hazme

Y sí me bañé

Tú:

BAÑATE HOY!!!!

Cuatro ojos:

Cielos, te van a terminar saliendo almorranas por tanto estrés, Dalay, amiguito

Paso en una hora

No tardes mucho arreglándote o me voy sin ti

Tú:

Sígue así y te quedas sin besos

Cuatro ojos:
;*

Había visita en la casa de Levi ese día. Su tío Ray, primo de Kuchel (cómo se enojaba su madre cuando la llamaba así, y Levi lo hacía solo para verla refunfuñar) y Kenny, había venido a comer y dejó a su hija al cuidado de la familia de Levi mientras él salía a cenar con su esposa. Increíble el descaro de inventar que vas a cenar después de haber comido, especialemente cuando la pequeña Mika dormiría en su casa.

Obvio no diría nada. Todos sabían a lo que iban sus tíos en realidad, hablar de ello solo lograría que Kenny lo cucara diciendo que Levi también tenía ganas de coger. Pero aunque las tuviera ese no era asunto de su tío, así como decidió que no era asunto suyo lo que hiciera Ray con su mujer.

—¿Vas a salir? —le preguntó su madre, apoyada en el marco de la puerta del baño mientras Levi se ordenaba el rebelde cabello con cera.

—Sí, te dije anoche. Hange viene por mí en un rato.

—Llévate a la China.

—Claro que no, vamos a ir al cine.

—Dijiste que iban a ir a ver caricaturas japonesas, ¿no? Llévatela también.

—Mamá, por favor...

—¿Piensas hacer algo no apropiado para Mikasa?

—Más o menos —murmuró el joven, a lo que Kuchel le respondió con un sopapo—. Solo quiero pasar tiempo con mi novia, desde que salimos de la prepa la veo cada dos semanas solamente.

—O te la llevas o no vas. Tengo que salir un par de horas y no quiero dejársela a Kenny.

—¡Ya te dije que no le voy a hacer nada! —se escuchó la voz de su tío desde fuera del cuarto.

—Kuchel, si no puedes confiar en el hombre que tienes en tu casa, no deberías tenerlo en tu casa —la mujer estuvo a punto de golpearle la cabeza de nuevo, pero Levi la esquivó con rapidez.

—No seas tonto —lo reprendió la mujer tirándose de las mejillas—. No le va a hacer nada porque quiera lastimarla, pero acuérdate de que la cicatriz que tienes en la espalda es culpa de él, y cuando te le caíste ya estabas más grande que la Chinita.

Levi suspiró. Tendría que decirle adiós a los planes de darle más de un pico a Hange, pero siempre había sido malo para negarle lo que fuera a su madre. A fin de cuentas, Levi era un hombre Ackerman, tanto como el bisabuelo, como Kenny y como Ray. Solo tenía que avisarle a Hange sobre su nueva chaperona.

Semana LeviHanWhere stories live. Discover now