» Capítulo 55 «

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—¿Ya sabes el sexo del bebé?—ambos cayeron rendidos en la cama con la respiración agitada.

Betty se acurrucó dándole la espalda y este la rodeó, abrazándola.—Desde que supe que estoy embarazada, jamás me he hecho chequeos.—negó.

Jughead se sentó en la cama preocupado y la miró.—Betty, ¿Por qué no lo has hecho?

—No lo sé. Quizás miedo...—se incorporó a un lado del pelinegro, cubriendo su cuerpo con las sábanas.—...O culpabilidad de que tuve el pensamiento de abortarlo.—admitió con la mirada perdida. 

—Betts no puedes estar así.—acarició la espalda de esta.—Te sacaré una cita en la clínica lo antes posible para revisar que todo esté bien, ¿Okay?—dejó un beso en el hombro desnudo de la rubia. 

—Está bien, Juggie.—se giró hacia él.—Te amo.—susurró antes de besar sus labios. 

Jughead sonrió y correspondió el beso atrayendo a la chica hacia él.—Betts...—interrumpió el beso y la miró.

—¿Qué pasa?

—Yo...nada. 

—¿Nada...no me quieres decir nada?—alzó una ceja. 

Este negó.—Nada.—ambos habían tomado la decisión de esperar un tiempo para volver a estar juntos. Por más que este deseaba llamar a la chica como su «novia», no quería echarlo a perder. 

Técnicamente, eran una pareja sin ser una pareja.

—Bueno, entonces no digas nada.—se avalanzó de nuevo a sus labios sentándose a horcajadas de él. 

—Betts...estás practicamente desnuda sobre mí.—habló en sus labios.

—Sí, ese es el punto, Jones.—murmuró en el beso.—¿Te molesta?—se separó y lo miró con una ceja alzada.

—No...digo, a mí no.—tragó saliva.

—Ah...—se acomodó sintiendo su entrepierna. Lo único que los separaba era la sábana que cubría el cuerpo de ella.—¿Dices que te estoy poniendo duro?—se mordió el labio.

—Mmh.—asintió cerrando los ojos.

Alguien timbró la puerta del departamento, interrumpiéndolos.

—¿Esperas a alguien?—alzó una ceja divertido.

—Mierda, no.—frunció el ceño con la mirada perdida.—No sé quien carajos es.

—Yo iré.—Jughead se movió, quitándo delicadamente a la rubia de él, se vistió con unos pantalones, y bajó hacia la puerta.

—¿Buenos días?—saludó confundido hacia la señora.

—Buenos días, querido.—Penelope pellizcó su mejilla.—¿Está mi sobrina?

—Ah, usted es su tía...¿La tía de Betty?

—Y madre de Cheryl, por supuesto.—sonrió orgullosa.—Ahora, pedazo de vagabundo. Dime donde está mi sobrina.

—Ya veo que Cheryl es su hija.—murmuró.

—¿Penelope?—Betty se acercó, solo llevaba puesta la camiseta de Jughead.

—¡Mi niña!—abrazó a la rubia, dejando al pelinegro de lado, confundido.—Dios mío, cuanto te extrañé.—sonrió.

—También te extrañé mucho, tía.—deslizó una sonrisa con los ojos cristalizados.

—A ver, ¿Él es el idiota que te embarazó?—se giró hacia Jughead.

—Jughead Jones, mucho gusto.—se presentó con una falsa sonrisa.

—No, no. Conmigo no hace falta que sonrías, hijo. Dime, ¿Fuiste tú el que plantó la semilla dentro de mi sobrina?

—Bueno...s-sí.—por alguna razón el pelinegro comenzó a sentirse nervioso. Después de todo, Penelope era la última persona en la familia de Betty que faltaba por conocer.

—Mmh.—asintió la mayor.—¿Y al menos te la metió bien?—la pelirroja se giró hacia la rubia con una ceja alzada.—Digo, al menos que haya valido la pena.—se encogió de hombros.

—Por Dios, Penelope.—esta se sonrojó.—Creí que la entrevista de Jug la harías la próxima semana.—intentó cambiar el tema de conversación.

—Ah, no. No necesito entrevistarlo. ¿Cómo por qué lo haría?

Jughead tragó saliva.—Bueno, no se preocupe. Igual pensé que podría darme alguna oportunidad, pero está bien.

—No me refiero a eso, muchacho. Ya estás contratado, la próxima semana empiezas a trabajar. Necesito que estés puntual en la oficina, y después podrás trabajar desde casa.

El pelinegro abrió los ojos.—Muchas gracias, señora. No le voy a fallar.—aseguró con una sonrisa.

—No me digas señora. Dime únicamente señorita o Penelope.

—De acuerdo.—sonrió.—Voy a hacer de almorzar antes de ir a la cita.—pasó a un lado de Betty.—¿Quieres comer algo?

—Estoy bien, Juggie.

Este asintió y entró en la cocina.

—¿Qué cita, mi niña? ¿Todo bien? Te veo nerviosa.

Ambas se sentaron en el sofá.—Hoy iré a mis primeros chequeos del embarazo.—se encogió de hombros.

—Ay, Betty...mi vida.—la abrazó.—¿Quieres que vaya contigo?

—Bueno, Juggie me iba a acompañar, pero está bien. Me sentiría menos nerviosa, supongo.

—Ugh, ese inútil bueno para nada de Jughead y yo, somos distintos. El te va a poner nerviosa porque...básicamente esa es la función de los hombres. Pero, tu tía querida te va a cuidar.—se separó del abrazo con una sonrisa.

—Pero, Penelope...¿Es acaso normal que hable tan mal de mí sin siquiera conocerme?—el pelinegro alzó una ceja saliendo de la cocina.

—Acostúmbrate, es la madre de Cheryl.—habló Betty con una sonrisa.

Jughead devolvió la sonrisa a la rubia.—Me iré a preparar, ¿Vienes conmigo?

Betty asintió levantándose del sofá y acercándose a él.

—Vayan, pero no tarden. Y tampoco quiero escuchar sus gemidos.—la pelirroja tomó una revista de la mesita y comenzó a hojearla.

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10/09/21

bue, creo que mañana haré maratón- no prometo nada. 


Penelope >>>>>>>>





AY BASTA- just- gracias gracias gracias por todo el apoyo que está recibiendo la novela últimamente, de verdad lo agradezco como no tienen una idea<33333 gracias por todo mis vidas, amo a cada una de las personitas que leen esto, y también a las que no lo leen, en fin<3333 

Secretos en el Pueblo // »Bughead«Where stories live. Discover now