Taehyung, un beta que sirve en una casa de citas llego a enamorarse de un alfa de clase alta, de este amor nacería una esperanza y de esta esperanza, conocería a la criatura mas bella que sus ojos pudieron ver... pero también la destrucción de parte...
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El barrio rojo fue nombrado así debido a la cantidad de asesinatos nocturnos que en esa zona de se daban antes de la primera guerra, cuando esta se terminó, solo quedaron despojos donde los militares se emborrachaban y bebían o follaban.
Poco a poco las omegas de clase baja se aglomeraron en el área, siendo vendidas o introducidas al mundo del placer a temprana edad y finalmente se formaron varias casas donde se ofrecía a los caballeros y mujeres alfas un producto de la calidad que su bolsillo podía pagar.
Pero no solo eran las señoritas de clase baja las que viven en esta área, por supuesto, también Vivian sus hijos, sus padres, o sus madres y poco a poco se volvió en un barrio pobre y sobre poblado donde ya solo, no vivían prostitutas, si no también sembradores, comerciantes, campesinos y mas.
"Él" vivía en esa área, mas bien, dentro de una de las casas de citas de la zona roja, desde muy niño aprendió a limpiar, a cambiar, a ofrecer y a apoyar a todas las damiselas del área.
Se levantaba muy temprano para limpiar las camas y dormía tarde luego de cepillar los cabellos de una dama.
―Ah.... No... mas...si ¡así que rico!―
―Vamos, respira, vamos―
―Ah... señor lléname―
El pequeño sirviente miro de reojo cuando el sonido de sus voces se calmaron, recogió del suelo su balde de agua toco la puerta con respeto.
―Adelante―
Entro despacio viendo a un hombre sin camisa sentado fumando, nada fuera de lo normal, comenzó a recoger los trastos y sacudir la cama.
―Eres pequeño―
―Si―
Le contesto al otro hombre que acababa de entrar mientras encendía un cigarro.
―Vamos Jimin, sal de aquí, yo pagare todo, pero no dejes que tu madre sepa o le reclamara a mi padre y será un problema―
―Mierda, odio cuando ella manda a sus sirvientes a espiar―
―También lo odio por que termino pagando los platos rotos, eres un nene consentido, ¿Por que follas si sabes que tu madre es una puta paranoica?―
El segundo hombre, muy elegante en traje y zapatos lustrados se sentó en el sillón viendo a su amigo salir de ahí, saco de su bolsillo unos billetes mientras el joven seguía sacudiendo.
