Taehyung, un beta que sirve en una casa de citas llego a enamorarse de un alfa de clase alta, de este amor nacería una esperanza y de esta esperanza, conocería a la criatura mas bella que sus ojos pudieron ver... pero también la destrucción de parte...
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Le pidieron a todos los jovenes guardar silencio y eso hicieron, todos se pusieron de pie y saludaron a su profesor.
Al costado de este, estaba de pie un chico de baja estatura, el profesor lo presento y luego de una corta presentación donde hablaba de como su padre había decidido mudarse al pueblo por temas de salud, había terminado ahí.
Los chicos parecían interesados, la vida de la ciudad lucia tan ostentosa comprada con el campo, no tardaron en acercarse a dar una y mil preguntas.
―Entonces, cuantos tienes?―
―Quince―
―Eres mayor―
―Mi padre me metió un año tarde al preescolar― bromeo.
―Yo me llamo Chan, puedes pedirme ayuda cuando gustes, soy el jefe de grupo―
―Gracias, la escuela, ¿Es solo de chicos?―
―No, pero las chicas están en otro edificio, nos separaron para evitar peleas―
―¿Se peleaban mucho?―
―¡Las chicas son muy peligrosas!―
Se escucharon varias risas. Sin embargo la mirada del chico nuevo estaba fija en un solo lugar.
―Oye― le dijo otro muchacho que demasiado delgado ―No le mires o te va a golpear―
―Si, es un rarito― murmuro otro.
Pero a jeongin no le parecía el caso de burlarse de otro compañero.
Si, tenia curiosidad, lo había estado viendo cuando estaba parado al frente y el profesor le hacia preguntas, por que era sencillamente difícil no mirar a una persona como esa.
Tenia una presencia impresionante, sus ojos pequeños rasgados y sus cejas pobladas hacían de su mirada algo de que no pudo despegarse, pero sobre todas las cosas. El olía bien.
Y olía de tan maravilla que no pudo concentrase en la clase, ni al día siguiente, ni en la semana o el mes.
Sin embargo nunca le hablo debido al miedo que sentía ser rechazado por el resto de compañeros.
Finalmente, llevado por su gran curiosidad, al fin decidió dirigirle la palabra.
―Entonces, ¿Dónde esta la enfermería?― quiso que eso sonara lo mas casual del mundo pero solo consiguió una mirada extraña.
―¿Estas enfermo del estomago?―
Eso fue penoso.
―No, estoy bien― negó mirando al otro lado ―Me duele la cabeza―
