III

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La brillante luz del sol atravesaba las suaves cortinas de color azul oscuro. Impactaron directamente a sus ojos, irritandole de sobremanera. Enojado estiró su brazo derecho para tomar sus lentes, encontrándolos y sentándose para ponérselos.
Sacudió levemente su cabeza, intentando despertarse en el acto. Se levantó de su cama y caminó hacia su baño, notándose demasiado cansado.

¿Por qué estaba tan dormido?
Bueno, lastimosamente se había quedado hasta tarde escuchando sus remixes con gran pasión.

Si, muy genial y todo cuando es por el día, pero por la noche... y específicamente en la madrugada... no es una buena idea.
Y lo aprendió a las malas.

Encendió la luz del baño, mirándose al espejo. Su hermosa melena peliblanca con sombras rojizas ahora era simplemente una melena de león enorme, pareciendo un animal salvaje. Tenía unas suaves ojeras, además de notorios indicios de no haber dormido bien.

Se quitó la camiseta gris, su pantaloneta negra, sus bóxers blancos y sus gafas, dejando todo acomodado y metiéndose a la ducha, bañándose con un poco de desespero. No tenía idea de la hora, así que quería salir lo más rápido posible para poder prepararse y comenzar un nuevo día.

Al salir se colocó una toalla alrededor de su cintura, usando otra para secarse el pelo y la cara.
Se colocó sus lentes, pudiendo verse mejor.

Tomó su cepillo para nudos y comenzó a peinarse el cabello durante un rato, siguiendo con su peineta, para finalmente colocar su cabello en su sitio con gel. Otra vez se veía radiante como siempre, sin contar que sólo tenía una toalla en su cintura, claro.

Salió del baño hacia su clóset para comenzar a secarse el cuerpo y cambiarse, colocándose otro de sus típicos trajes genéricos con el que todos lo reconocían fácilmente. Se dió un suave golpe para despertarse por completo, volviendo a ser el Camellia radiante que siempre fué.
Claro, no sin antes volver a su baño para cepillarse los dientes.

Puede llegar a ser demasiado olvidadizo.

Buscó en su habitación su móvil, tomándolo y encendiéndolo para ver la hora. 10:38am.
Vaya, se había despertado más tarde que de costumbre.

Gruñó un poco, aunque finalmente salió de su habitación, radiante como siempre, siendo saludado por su guardia personal con la mano. Ambos se dirigieron al elevador, aunque Camellia se detuvo frente a la puerta del elevador, volteando a ver a su guardia.

- Uhm... ¿Y (T/N)? -
- ¿Hmm? ¿A quién se refiere señor? -
- Rasblacky, la morenita que se quedó aquí. -
- Oh, ella se retiró señor. Dijo que debía atender asuntos personales. -
- Oh, entiendo. -

Camellia rió un poco, ahora sí entrando en el elevador junto con su guardia para prepararse. Iba a iniciar un nuevo día como de costumbre, por lo que dió con calma al botón del piso "30". Si, era extremadamente alto su edificio.

Al llegar se arregló su ropa, caminando hacia su gran salón de colores violeta neón con su enorme ventanal que dejaba ver una hermosa vista a toda la ciudad. Caerse desde esa altura directamente haría explotar un cuerpo.
Qué miedo.

No por nada el vidrio era 5 veces más grueso que cualquier otro, para evitar algún accidente extremadamente grave.

Camellia estiró sus manos y tronó sus dedos, dirigiéndose a su máquina favorita para crear y reproducir sus increíbles canciones: su consola DJ. Tomó una de sus sillas y se sentó frente a la consola, preparándose para comenzar a tocar.
Empezó con una práctica suave, tocando con cuidado los discos de su consola para producir bellos sonidos que acompañaban a la canción que estaba tocando.

★ Why Do You Love Me? ♪ [Camellia × Reader] ♪ CANCELADAWhere stories live. Discover now