Capítulo 2: "Adonis, pero enervante"

3.8K 173 8
                                    

RUBY BLANCHET

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

RUBY BLANCHET

Al principio pensé: "Tener un guardaespaldas es horrible", pero una hora después de que me largara del despacho de mi padre aquel día pensé: "Bueno tampoco puede ser tan malo, algunos pagarían millones por tener a ese hombre cuidándoles las espaldas"

Ahora retiro lo último y vuelvo a que esto era horrible.

Cinco días con este hombre y las ganas de ser violenta con alguien nunca habían sido tan grandes. Por no decir que hasta ahora habían sido más que inexistentes.

El primer día fue el pre-calentamiento, me dio espacio y se fue acercando poco a poco. Al segundo día ni siquiera se molestó en darme espacio, parecía que llevaba un cascabel encima porque en cuanto salía de mi cuarto él aparecía. Ese día me dejó en claro que a donde yo iba él iba y si quería salir de casa tenía que consultarlo con él. El único lugar en el que me dejaba estar a solas era en mi cuarto y a duras penas porque siempre estaba revisando todo el lugar, encima luego se quedaba en la puerta como una estatua hasta que le decía que iba a dormirme.

Ahí era cuando volvía a inspeccionar el lugar y se aseguraba de que todo estaba bien cerrado. Le agradecía que se asegurase tanto, pero ya estaba cansada de lo mismo, especialmente del hecho de que casi nunca hablaba. El segundo día fue el único día en el que había soltando tanto, al tercero ni siquiera me había devuelto los buenos días. Al cuarto me había contestado con un "Sí" a que quisiera ir al jardín a respirar aire puro. Al quinto solo asintió cuando le dije que mis dos amigos iban a venir a mi casa y que estaríamos en mi cuarto por unas horas.

Creo que el hecho de que no quisiera comunicarse conmigo era lo que más me molestaba. Si iba a estar pegado a mi, por lo menos podía entablar una conversación conmigo, pero no, prefería ser una estatua.

—Sé que estás en peligro y todo esto, pero sinceramente esto me parece un poco demasiado — dijo Leslie, mi mejor amiga. — Esta vez tu padre se está pasando de paranoico.

—Lo sé, créeme que lo sé. — Le dije tirándome a la cama.

—Pues a mi me parece correcto lo que está haciendo. Si yo fuera padre probablemente actuaría de la misma forma si se tratase de mi hija. — Nos dijo Roy, mi otro mejor amigo.

—Tú no cuentas, eres el admirador número uno del Primer Ministro. — Le dijo Leslie.

Ahí fue cuando comenzaron a discutir como siempre hacían. Leslie le decía la verdad y Roy la denegaba como siempre y yo me desatendía de esta estúpida discusión que siempre creaban para demostrar absolutamente nada.

Estos eran mis dos mejores amigos y podía decir que eran mis únicos amigos. Llevaba tiempo con ellos, con Leslie más que con Roy.

Leslie Dupont era una chica de pelo negro, ojos marrones claro, piel bronceada y casi misma estatura que yo, metro sesenta y siente o ocho. La conocía desde que tenía unos cinco años o así, su padre trabajaba con mi padre y siempre coincidimos en los mismos eventos. Nuestra amistad surgió por su propia cuenta, empezamos jugando en los eventos y poco a poco pedíamos vernos más a diario hasta convertirnos en mejores amigas.

El protector [+18] © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora