Y de pronto un día todo cambio
La princesa se cansó de esperar a ser rescatada, se recogió su largo cabello y dejo los vestidos de lado, se armó de valor y aprendió a bajar de la torre por su cuenta y se prometió no esperar nada de nadie.
Cenicie...
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-Lo soy – fue lo primero que dijo el chico al salir de su impresión.
- ¿Lo eres? - se cuestionó ella estupefacta para luego gritar - ¡Oh por dios lo eres!
-Si ¿No es lo que me acabas de decir? - el ceño de Alex se frunció.
-No, es decir si – la confusión se hizo más evidente en la cara de Alex, Anna dejo ir un gruñido de frustración - sí, lo descubrí, pero esperaba que lo negaras o que yo me estuviera volviendo loca, que aún es una opción.
-No veo por qué negarlo – se encogió de hombros mientras entraba al apartamento, al ver que Anna no tenía muchas ganas de dejarlo entrar, se dejó caer en el sofá y espero un segundo para hablar – Igual venia con la intención de decírtelo.
-¿En serio, por qué?
-Eres mi amiga, no me gusta esconderles cosas a mis amigos.
Anna sintió como su estómago daba un vuelco y su corazón latía fuera de control al escuchar aquellas palabras, pero aun así sintió una ligera punzada de decepción que ella no pudo identificar.
Déjame y la identifico por ti, te acaban de frienzonear y eso que sientes es decepción porque querías otra cosa, hablo su subconsciente, pero ella no le prestó atención ya que tenía mucho miedo de que tuviera razón.
Anna comenzó a caminar de un lado a otro pensando en todo, no sabía que pensar o que decir, no sabía si debía actuar distinto o ser simplemente ella, no sabía si era bueno que ella lo supiera, ella hubiera preferido seguir en la fiel ignorancia, incluso con ideas más descabellada llego a pensar que la podían matar ahora que sabia
¡Eso es de espías no cuando descubres a un príncipe!
Anna por primera vez se sintió feliz de tener a la voz de subconsciente.
Creo que en este caso toca la orca o la guillotina...
Y hasta ahí llego el amor.
Sabía que si no se controlaba podía entra en un ataque de pánico así que intento pensar de una forma razonable, intento tener pasamientos lógicos, pero no era tan fácil como algunos pensarían, cuando estuvo a punto de perder la razón sintió una mano en su hombro que le deban vueltas mientras la llamaban, Anna parpadeo, no había notado cuando se levantó y mucho menos había escuchado que la llamaban, intento sentarse en sus palabras y no en sus pensamientos.
-Anna necesito que tomes aire, que te calmes, nada pasara – le indico el, ella comenzó a tomar bocanadas de aire, tratando de mantener la calma – escucha, prometo contestar todas tus preguntas, pero necesito que te sientes ¿Sí? Es que de tanto caminar creo que abrirás un hoyo en el piso, así que por favor siéntate ¿sí? - ella asintió repetidas veces por qué era lo único que podía hacer.
Ella se sentó en el sofá, frente a él y tomo una bocanada de aire, sintiendo como el aire llenaba su diafragma, lo contuvo un poco y luego lo dejo ir lentamente, eso le proporciono una mejor perspectiva para pensar.
