Cap. 5

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Anna tosió un poco y sintió un dolor intenso en el pecho, era ese típico dolor que tienes cuando toses mucho

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Anna tosió un poco y sintió un dolor intenso en el pecho, era ese típico dolor que tienes cuando toses mucho.

Estaba enferma.

Odiaba estarlo, pero ¿A quién sí?

Todo ocurrió unos dos días antes, la pequeña eh inocente Anna se quedó hasta tarde en la pastelería pue tenía un pedido que terminar, cuando termino, del cielo caían unas pequeñas gotas de agua, pensó que podría llegar a su casa sin mojarse mucho, grabe error, cuando llego a su casa, no existía parte de su cuerpo que no estuviera mojada y aunque se quitó la ropa rápido y se tomó un té, el daño estaba hecho.

Al día siguiente amaneció con una pequeña tos, pensó que no pasaría a mayores, de nuevo, grabe error.

Y así es como la pequeña e inocente Anna se encontraba en casa, en su cama, arropada hasta el cuello pues sentía un frio atroz a causa de la fiebre.

Había intentado ir a la pastelería esa mañana y lo había logrado, pero la regresaron, habían llamado a Zamya y está la había expulsado de la pastelería y le había ordenado explícitamente descansar.

Bufaba de solo recordarlo, solo era una pequeña fiebre que con un poco de movimiento matutino se iría o eso intentaba decirse ella, pues desde que había llegado a la casa solo había logrado quitarse los zapatos para luego dejarse caer en la cama y no moverse más, ya que solo el hecho de pensar en levantarse le dolía, ella sabía que debía tomarse algo, pero no sabía que, ya que no tenía nada en su casa para ningún tipo de enfermedad, ella era una fiel creyente que cualquier enfermedad se quitaba con un poco de descanso.

Algunos le decían idiotez, ella le decía positivismos.

En ese instante escucho el timbre de la casa, gruño un poco, el solo pensar en levantarse le producía dolor, con un poco de esfuerzo logro salir de la cama e inmediatamente sintió un frio intenso por todo el cuerpo, tomo la gruesa manta con la que dormía y se envolvió en ella, tenía unas medias gruesas en los pies, pero aun así sentía el frio traspasar la tela o así lo sentía ella.

Llego a la puerta con esfuerzo y dedicación, esa pequeña caminata de dolor le indico que tal vez lo que tenía no se quitara con descansar, pero de inmediato lo descarto, claro que si serviría.

Abrió la puerta con esfuerzo y lo que vio la dejo sorprendida, en su puerta se encontraba Alex, no tenía sus típicos jeans viejos y camisas gastada, se encontraba con unos jeans casi nuevos, una camisa de vestir tres cuartos y unos zapatos de vestir, que ella juraría con su vida eran más caros que tosa su casa.

Se veía alucinante, era extraño verlo, ella creía que se había ido de viaje o no pensaba ir mas a la pastelería pues hace más de una semana que el chico no iba a la pastelería, tenía mil dudas en su cabeza, pero la única que pudo articulas fue:

- ¿Qué haces aquí? - logro decir ella con un hilo de voz ya que su garganta se encontraba algo seca y maltratada.

-fui a verte a la pastelería, pero me tope con el hecho de que no estabas, pregunte, pero ninguna de tus empleadas me quiso decir algo, saben mantener un secreto debo decir, cuando estuve a punto de irme me tope con tu amiga zamya y me dijo que estabas enferma – explico él.

NO me llames PrincesaWhere stories live. Discover now