NO me llames Princesa

Prologo

Creo que no hay nada que duela más que encontrar a el que considerabas el amor de tu vida en la cama con otra bueno, miento, deben existir mil cosas más que duelan más que eso, pero en los pensamientos de nuestra protagonista actualmente eso y la falta de helado de chocolate en el refri eran lo peor de lo peor en la vida, según ella iban igual o primero que el asesinato, lose algo dramático, pero tiene el corazón roto y está en sus días así que ténganle en tantica paciencia.

Y en esa escena nos encontramos, ella, desparramada en su cama envuelta en una manta acolchada que tenía un decorado de gatitos, llorando a mares como si su vida se fuera en ello, con la cara más roja que un tomate, sorbiendo sus mocos a mas no poder y dando gritos de dolor dignos de un oscar, masticaba una caja de cereal sin azúcar, que fue lo único que encontró en el refri ya que debía hacerlo rápido porque si su madre la veía con ganas de comer fijo la amordazaba para evitar que perdiera ''la figura'', figura que no existía ya que ella era y siempre seria de contextura gruesa, pero eso es historia para otro día, volvamos a la depresión de la chica, quien masticaba, gritaba y lloraba a la vez, al principio había sido algo difícil hacerlo, pero luego de dos horas haciéndolo era toda una experta en la materia.

Ella iba por su segunda caja de cereal sin azúcar cuando escucho al fondo como tocaban la puerta, con un gemido frustrado tomo la manta y se tapó más.

A lo lejos se escuchó como la puerta de su habitación se habría, sabía quién era, aun si haber oído un solo ruido lo sabía, podía imaginar a su madre en el umbral de su puerta, con los brazos cruzados y contando hasta 10 para no asesinarla por estar comiendo en la habitación, bueno en realidad era por estar comiendo, porque, aunque ella sabía que no había una sola migaja en toda la habitación y que en su habitación solo había olor a vainilla, su madre lo sabía, siempre lo sabía, era como un sexto sentido que ella tenía.

Era como un sabueso.

-Annika Andreyévna Kuznetsov Stewart hazme el favor y levántate de la cama, como es posible que estés comiendo en la habitación, vas a perder la figura – la chica frustrada por ori su nombre completo bufo – Bien por lo menos estas vivan y no te has muerto por que al sacar a resolución tus gritos parecía que te estaban matando, ahora por favor sal de ese inmenso cobertor y arregla lo que hiciste que no es para tanto.

- ¡Me puso los cuernos! ¡Con mi Prima! - grito la chica asomando su cabeza por la manta.

-No me grites, sabes muy bien que de eso no hablo Andreyévna, me refiero a lo otro – se cruzó de brazos dejando ver su impoluto traje blanco tejido- que los dejaste calvos por Dios, a ambos – Annika se preparó para quejarse – y no me vengas con que se lo merecían, tal vez sí, pero no está bien, yo no crie una niña impulsiva, esta no es la niña que yo crie.

Ese era el detalle, Annika había sido criada para ser perfecta, siempre bien vestida, el mejor comportamiento, un peinado impoluto que no podía tener un mechón fuera de lugar, con un carácter voluble y siempre dispuesta a dar la otra mejilla mil veces, siempre diciendo que, si a todo lo que su padre decía, siempre perfecta, pero algo paso cuando vio a las dos personas que ella pensaba era lo más importante en su vida, algo se rompió en ella y surgió ese algo que nunca supo que tenía, sin poder controlarlos fue contra esas personas y descargo su ira.

Fue algo liberador para ella, saber que podía hacer ese tipo de cosas, que no estaba vacía, que era capaz de tener carácter, pero también sabía que había sido algo impulsiva y que su madre no tenía la culpa de ello y no debía de gritarle.

-Perdón – bajo la cabeza como un perrito regañado.

-Estas perdonada, solo no uses ese tono conmigo de nuevo – se acercó a su hija y le dio lo que ella consideraba una muestra de afecto, una ligera caricia en la cabeza y una sonrisa ladeada – Ahora baja a la sala y arregla lo que hiciste, sé que no quieres yo tampoco, pero sabes cómo es tu padre y su lado democrático y no sé qué más tontería, solo baja y simula que estas bien

Annika bufo, sabía que a su mama no le gustaba mucho Gustav, el exnovio, ella consideraba que él no era digno de su niña, aunque eso no era de extrañar, para ella nadie era digno de su hija al menos que tuviera una corona en la cabeza, su madre tenía una ligera obsesión con la realeza y con que su pequeña fuera una princesa.

-A mi tampoco me hace gracias, ya sabes cómo es tu papa - rodo los ojos, algo poco habitual en su madre – Ahora baja y se una buena niña con el chico ese, si lo haces bien prometo dejarte comer algo que tenga azúcar.

-Tengo 20 años debería ser capaz de comer lo que quiera – se quejó Annika.

-Y aun así no lo haces, pero mira que genial soy – sonrió burlesca, de inmediato Grettel, la mama de Annika, noto que había perdido la compostura y se colocó en su habitual porte serio – Ahora por favor baja, pero por favor no vayas a bajar con ese aspecto, ponte algo que te haga lucir impactante, puede que te sientas mal y estés triste, pero eso él no debe saberlo, demuéstrale lo que vales, recuerda, se una princesa.

Ser una princesa, era la frase que usaba su madre para referirse al hecho de ser perfecta, el mejor comportamiento, la mejor compostura, la mejor vestida, perfección, sin embargo, esa frase representaba todo lo que ella recién había descubierto que no quería ser, todo lo que aborrecía, todo lo que ya no quería y no iba a ser.

Y Hay en esa noche se juró una sola cosa:

No volveré a ser una princesa

Hola de nuevo.

Y pues este es el prologo de la historia, espero les guste y cualquier cosa que se me pase por alto díganme, los estaré leyendo.

Los Cap serán publicados semanalmente, de lo contrario avisare con anterioridad para que sepan. 

Como ya dije antes estaré dando datos de la historia, estos se llamaran ''Datos QNPPYD (Que Nadie me Pidió Pero Yo Doy)''  

Bueno sin nada que agregar me despido, nos estaremos leyendo.

BYEEEEEE