2 {Lluvia}

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☀️☀️







El día anunciaba un nuevo comienzo, los rayos de sol daban directo a mi rostro a través de la ventana. La cortina no era lo suficientemente gruesa para frenar aquella intensa luz. Deseaba que fuese así para poder dormir más. Iba a tapar mi rostro con la almohada, pero el despertador se unió en una alianza con el sol para molestarme y obligarme a levantarme.

Segundo día de universidad y no podía arrepentirme ahora, era la segunda carrera que cursaba y no podía dejar todo otra vez. Mis padres no me lo perdonarían nunca.

Me levanté arrastras de la cama para entrar a la ducha, la cual me refrescó bastante dándome el ánimo de siempre. Caminé hacia la cocina para desayunar junto a mis padres antes de que abandonaran la casa para ir a sus trabajos. Sonreí muy tímido ante la conversación, puesto que la mayoría de los días era el mismo tema: mi hermana.
La amo y es verdad, pero en esta casa de lo único que se habla es sobre ella y sus logros, sus metas alcanzadas, su inteligencia y lo buena, amable y perfecta que es.

Me levanté en silencio dejando mi plato sucio junto al resto de trastes. Miré a mis padres antes de salir de la cocina esperando por si notaban mi ausencia, pero como siempre no fue así. Suspiré aún manteniendo mi sonrisa, puesto que eso no me iba a derrotar.
Terminé de asearme y ordenar mis útiles para irme rápidamente a clases antes de llegar tarde.





Mis amigos me esperaban en la entrada del edificio para caminar por el largo pasillo en dónde nos deberíamos separar posteriormente. Quedamos por vernos en los recesos como siempre.
Teníamos que planear la fiesta de cumpleaños de Hana, como cada año ella dejaba en nuestras manos aquella responsabilidad.
En el fondo me gustaba muchísimo organizar ese tipo de eventos.

- Entonces nos juntamos en la cafetería para discutir sobre el pastel. Vi uno que hacían en tiktok que...uff, ¡Era impresionante!

Ella habló eufórica contagiándonos su buen humor. Sonreí asintiendo con mi cabeza y levanté mi pulgar también, luego me alejé de ellos y entré al aula, no sin antes agitar mi mano para despedirme.

Entré al salón.

- ¡Yoongi!

Me senté a su lado esperando que él me mirara, pero nada. Solo se limitó a ver su cuaderno. Al parecer aquella página en blanco le resultaba más interesante. Me causó ternura que tratase de ignorarme, así que insistí, solo por la satisfacción de ver su rostro.

- Hoy luces más calmado que ayer, me agrada, te sienta bien. -Al fin me miró de reojo- me sentaré aquí.

Dije y puse el peso de mi cuerpo sobre aquella silla que daba justo a su costado izquierdo. Juré en mi interior que si se cambiaba de asiento entonces no volvería a molestarlo, pero no fue así. Él se quedó y se acomodó en su sitio dejándome más espacio para mí.

Comencé hablarle sobre el agradable clima, le comenté que necesitaba comprar cortinas nuevas para mí habitación. Él aún callado asentía a lo que yo iba hablando. En ningún momento emitió una palabra, ni hizo algún gesto de desagrado, él simplemente me escuchaba atento.

Cuando el profesor comenzó la clase lo vi bostezar unas seis veces, lo cual me causaba demasiada ternura. No podía quitarle los ojos de encima, me sentía avergonzado por querer saber que hacía a cada segundo. Había algo en él que me tenía cautivo. Tal vez lo estaba atosigando con mi mirada, pero no podía detenerme.

Sacudí mi cabeza tratando de quitar ese sentimiento de mi mente, comencé a tomar apuntes porque estaba perdiéndome toda la clase. Había pasado la mitad de la lección pendiente del hombre junto a mí, quién ni siquiera me hablaba, ni me miraba, no sabía nada más de él que su nombre y que estudiaba conmigo, pero que me parecía jodidamente cautivante.

Cuando finalmente la clase había terminado, tomé mis cosas para ir al encuentro con mis amigos. A ver si eso me ayudaba a dejar el capricho. Salí del aula y caminé hacia la cafetería.

Pasé por el patio principal.

- ¡Hoseok!

Escuché la voz de alguien llamándome. Me volteé rápidamente y me encontré con Yoongi. Sus ojos estaban cerrados, sus manos hechos puños, y sus mejillas estaban rojizas. Todas las miradas estaban puestas en él. Había llamado la atención con su grito, y se notaba muy incómodo con eso. Me estremecí al verlo tan incómodo. Así que no dude en acercarme a él.

Lo llevé hasta una banca lejana de dónde estábamos.

- ¿Qué ocurre?
- Tú... Tú olvidaste esto. - me entregó mi lápiz de Mang. Un tierno dibujo animado que dan en la televisión.- yo te llamaba, pero caminas muy rápido.

Es lo más que lo he escuchado hablar. Sonreí con diversión al tomar el bolígrafo. Lo observé y luego lo guardé en mi bolsillo. Él parecía bastante fastidiado aún por haber llamado la atención del resto de estudiantes.

- Creo que esto se nos está haciendo costumbre.
- Sí.
- ¿Estás bien? Te noto algo alterado.
- La gente observa lo que no le incumbe.
- Tienes razón. Que maleducados.

Mencioné y recordé rápidamente que estuve mirándolo toda la clase. ¿Me lo habría dicho por aquella razón? Preferí quedarme con la duda.

- Uhm. Yo iba a la cafetería, ¿Quieres venir?
- No, allí habría más personas aún -hizo un amago de risa sarcástica.- Me quedaré aquí.
- Me quedaré también, entonces.

Mencioné, ninguno de los dos dijo más nada. Hasta que él sacó de su mochila un emparedado, se lo iba a llevar a la boca, pero repentinamente lo partió a la mitad y me dió una a mí. Me sorprendió el gesto, agradecí y como él lo comí.

Quería hablar, quería hablar de todo porque todo me parecía un excelente tema de conversación, pero no quería volver a verlo así de incómodo. Me había estremecido el pecho, aunque para ser honestos, no se veía vulnerable, sino que sus gestos eran de desagrado. Al menos ya estaba más relajado.

- ¿Tú hiciste el sándwich? -No aguanté más y pregunté- ¿O lo hizo tu madre tal vez? Está sabroso.

Hubo un silencio incómodo.

- Lo hice yo.

Juré que iba hablar algo más, pero suspiró para luego dedicarse a mirar los árboles que nos rodeaban.

Mi celular sonó.

Recordé de pronto que había quedado de juntarme con Namjoon y Hana. Contesté la llamada mientras pasaba por mi garganta el pedazo de pan que había comido.

- Hana, hola. Lo sé, bueno... bueno... Ahora estoy algo ocupado. -Trataba de hablar con ella, pero no me dejaba de decir una y otra cosa.- Hana, podemos verlo después de clases. Adiós

Alargué la última vocal para despedirme con gracia. Yoongi tragó su pedazo de pan también y habló mirando hacia otro lado.

- Si tienes que ir a otra parte hazlo.
- Estoy bien aquí, además, en cinco minutos debemos volver a clases.

Mencioné y juré haber visto una pequeña sonrisa nacer en los labios de Yoongi. ¿Estaré alucinando?








☀️☀️







La noche caía sobre la ciudad, el frío resaltaba sobre cualquier cosa. Debería abrigarme más la próxima vez que decida salir a caminar. Pasé por el parque cercano a la estación del metro tren y me quedé allí sentado viendo los autos pasar.

En mi mente contaba todos los vehículos de color rojo, incluso me hacía trampas a mi mismo diciendo que eran rojos sin serlo. Una estupidez que me entretuvo durante un largo rato.

Una gota cayó sobre mi mejilla.

Sin darme tiempo para reaccionar el cielo comenzó a lanzar la lluvia a chorros. Corrí a toda velocidad pasando por el parque y cruzando unos cuantos metros de calle hasta la estación de metro entrando en esta y ocultándome de la lluvia.

Sequé mi cabello tirándolo hacia atrás. Mi pulso estaba muy acelerado.

- Hola.
No puede ser.
- Yoongi... -Acomodé mi cabello con prisa para verme más presentable.- ¿Qué haces aquí?
- Voy a mi casa. ¿Y tú?
- Voy a... -miré alrededor y me di cuenta en la parada de metro en la que estábamos- ¡Oh! creo que esta no es la línea que va a mi casa.
Reí por mi torpeza y él me miró fijamente. Me causó escalofríos.
- Comenzó a llover de repente y corrí hasta acá sin fijarme bien.

Terminé de hablar y él me extendió su chaqueta sin pronunciar una sola palabra.

- ¡Uh! No, no... estoy bien.
- Cámbiate el abrigo mojado por mi chaqueta, te vas a enfermar.
Insistió. Temeroso tomé la prenda, mis manos quisieron temblar, tal vez por el frío, me cambié de ropa y el tomó mi abrigo dejándolo dentro de una bolsa de genero con la imagen de un gato. Me la entregó sin hacer contacto visual aún.

Algo estaba pasándome en los órganos, puesto que sentía extraño dentro de mí. Tenía un cosquilleo en el estómago. Necesitaba ir a casa a recostarme, me estaba asustando.

Tomé la bolsa y él sonrió. El cosquilleo en mi interior aumentó.







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Gracias por el apoyo 💖 los amooooooo

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