5 {Príncipe}

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La noche estrellada iluminaba la hermosa ciudad, sus calles repleta de gente riendo y existiendo, haciendo que aquellas calles solitarias parecieran un festival. Las luces LED de las farolas y los locales de comida, combinaban a la perfección con toda la trama. Era un arte aquella ciudad a esa hora del día.

Si tan solo estuviera con alguien en ese momento para poder caminar alrededor y empaparme de la esencia de la comunidad, pero no, estaba solo como siempre. Era decisión propia claramente, aunque me preguntaba a menudo como sería ser un poco más relajado y vivir como los demás chicos de mi edad. Con amigos y saliendo al karaoke, bebiendo y desperdiciando mi juventud en personas que no volveré a ver nunca más, pero que recordaría las aventuras por siempre. Si tan sólo, pero no. Así es como decidí vivir, es lo que me ha tocado.

Crucé la calle con la intención de dejar atrás el lugar armónico, tomé una decisión involuntaria, puesto que fui al subterráneo para tomar el metro tren. No solía hacerlo a menos que estuviera lloviendo, pero algo en mi interior quería ir allí por si me encontraba a alguien, a Jung Hoseok, digo ¿Qué tal si estaba en peligro de nuevo?

Me quedé allí fingiendo que no veía como la máquina se detenía frente a mí permitiéndoles subir a los pasajeros. Miré mi reloj y esperé el siguiente tren. Él no estaba aquí, no había necesidad de seguir esperando, supuse.
A los quince minutos me subí al vagón y me afirmé de un pasamanos para dejarme llevar en un mar de pensamientos que abundaban mi cabeza mientras miraba a través del cristal.






Ya era un nuevo amanecer y me encontraba sentado en el puesto de siempre en el salón de siempre esperando que el profesor se dignara a presentarse. Al parecer nadie vendría, ya que la mitad de mis compañeros tampoco se encontraban en el aula. Incluso miraba cada cinco minutos la puerta esperando que Hoseok cruzara el umbral.

Lo hizo, llegó sonriendo como todos los días.

Caminó a mi puesto y se sentó a mi lado mientras dejaba su mochila sobre el pupitre y ordenaba su atuendo. El cual era muy llamativo, por cierto.

– ¿Qué ha pasado? Llego diez minutos tardes, corrí por toda la cuadra pensando que el profesor me regañaría, pero ni siquiera está aquí –Dio una risa de alivio, yo solo sonreí de lado– También veo que falta más de la mitad de nuestros compañeros. ¿Me perdí de algo, Yoongi? ¿Estoy soñando?

Me hizo reír debido a sus ocurrencias, me acomodé en la silla para verlo mejor y limpié el sudor de mis manos en mi pantalón.

– No sé porque hoy no ha llegado nadie. Y no, no estás soñando.

Pasaron alrededor de veinte minutos más esperando si el profesor aparecía, pero no había rastros de él, ni siquiera algún correo electrónico. Si no fuese por el chico junto a mi hubiese pasado cada segundo lamentando haberme levantado tan temprano.
En todo el tiempo esperando me dediqué a escuchar la historia de Hoseok, sobre como casi lo ataca el perro de su vecina y que su padre se había ido al trabajo sin él, obligándolo a tomar el bus. Todo lo que hablaba sonaba tan entretenido que, aunque quizás la mitad del relato estuviera siendo exagerado por él, era realmente divertida la forma en que lo narraba.

– En serio dudo que spiderman iba en el mismo bus que tú.
Reí animadamente tratando de controlarme.
– Te digo que sí, Min. Bueno, era un hombre disfrazado, pero estaba ahí. –Sonrió y al instante chasqueó la lengua recordando algo– ¡Casi lo olvido! Debo decidir que traje usaré este sábado. Oh, Yoongi, ayúdame.

Mencionó mientras desbloqueaba su celular y deslizaba su dedo por la pantalla. Me acerqué para ver que hacía, estaba intrigado. Fingí toser cuando pude notar lo cerca que me encontraba de él. Su perfume era exquisito.

FAITH (믿음)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin