𝟎𝟎𝟐. mimos y atención

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re: 20 / 09 / 2021 | v2: 19 / 02 / 2022
/ universo canónico | sin spoilers.

ft. manjirō sano, keisuke baji, kazutora hanemiya, haruchiyō sanzu.

 manjirō sano, keisuke baji, kazutora hanemiya, haruchiyō sanzu

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MANJIRŌ SANO

—(Nombre)... —Una voz melodiosa allanaba los tímpanos de la chica con delicadeza. Escuchó sábanas y mantas arrugándose y cambiándose de posición; su cuerpo sentía el movimiento de las prendas que abrazaban su cama, y sus ojos voltearon junto con su cabeza, siguiendo el brillo de su cabello con la mirada.

Ella dejó el móvil sobre la mesilla de noche, mirando a Manjirō con una suave sonrisa.

—¿Sí? —sus luceros lo atisbaron; los ojos del chico cerrados ante la calma que le producía estar junto a ella.

—Aquí —él murmuró suavemente, casi contra el colchón, de él brotaba un tono pueril, como un niño que quería un capricho. Ella, por su parte, se acercó en el momento en el que vio como su novio daba suaves toquecitos sobre la cama.

Su cuerpo dió un brinco en el sitio, cuando sintió los brazos del chico aferrándose con fuerza a su cintura. Ella sonrió, satisfecha; sus brazos cubrieron los hombros del chico, y ella sintió como el hermano intermedio de la familia Sano escondía su cabeza en su torso, mientras sus fosas nasales se impregnaban de su olor. Lo calmaba. Las hebras doradas colándose entre los dedos femeninos, y sus labios conectándose con su coronilla durante milésimas de segundo. Ambos se acompañaban.

Porque a él le gustaba su compañía, y porque ella requería de la suya.











KEISUKE BAJI

Tras una pequeña discusión, originada por algo tan simple que ninguno de los dos podía creer, el chico de cabello oscuro acabó por percatarse de que él tuvo la culpa del conflicto. Se siente arrepentido, pero no sabe de qué manera disculparse. (Nombre), por su parte, ya había perdonado al chico; sin embargo, quería ver, precisamente, de qué manera actuaría el azabache con el fin de disculparse. Sobre él recae la culpa, mas recae la inseguridad en una mayor cantidad.

Sus piernas caminaron por sí solas; su cabeza dictándole órdenes dirigidas por su corazón. La figura de la chica estaba justo delante de sus ojos, sentada frente a su escritorio, estudiando frente a la pantalla de su ordenador y subrayando con un resaltador flúor todo aquello que le resultaba importante. Él la miró antes de actuar, su cabello suelto, cayendo sobre sus hombros. Sus ojos saltaban sacádicamente para analizar las líneas que recorrían el folio.

𝖾𝗌𝖼𝖾𝗇𝖺𝗋𝗂𝗈𝗌 ✷ 𝘁𝗼𝗸𝘆𝗼 𝗿𝗲𝘃𝗲𝗻𝗴𝗲𝗿𝘀Where stories live. Discover now