Peyton Henderson ha estado enamorada desde que tiene memoria del hijo de los mejores amigos de sus padres, sin embargo, él jamás le ha prestado la atención que a ella le gustaría.
Cansada de eso crea un plan para conquistarlo.
La gran competencia d...
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Maratón 2/3
Peyton Henderson
Si dijera que todo fue excelente el día que llegamos, mentiría.
Ya han pasado veintiséis horas desde que llegamos a nuestra casa en la nieve y lo único interesante que ocurrió ayer, fueron peleas.
Comencemos con Genesis...
—¿Por qué me ignoras? —la chica se cruzó de brazos enfrente mío, deteniéndome en mi búsqueda de internet.
—Perdón, ¿me hablas? —cuestioné inocente acabando con su paciencia.
—¡Te comportas como una niña pequeña, Peyton! —chilló frotándose sus brazos en busca de calor—. ¿Tanto te molesta que Maya sea mi amiga?, ¿tan envidiosa eres?
—¿Por qué ella? —pregunté enfurecida, arrojando mi celular al sillón negro—. ¿Por qué de todos, tenía que ser ella?
—Porque al menos ella si es madura, no hace berrinches por tonterías y me entiende.
—¿Y yo no lo hago? —bufé, sintiendo una presión en el pecho.
—¿Cuál es el tema que siempre hablamos, prima? —me quedé en silencio, mirándola fijamente—. Maximilian esto, Maximilian aquello... nunca te preocupas por escuchar alguno de mis temas de conversación y eso es molesto. Al menos con Maya si puedo abrirme y sé que me escuchará, en cambio tú...
—¿Yo qué?, ¿no te comprendo?, ¿no entiendo tu complicada vida, Genesis? —rodé los ojos queriendo mostrar que no me dolía lo que decía—. Lamento no poder comprender tu vida de cerebrito, lamento que nuestros gustos sean diferentes, lamento que te sientas así y lamento estar perdiendo mi tiempo acá. Créeme si hubiera sabido que te sentías de esa manera, hace tiempo te habría sacado de mi vida —me miró pasmada por la agresividad con la que le hablé, sin embargo, la ignoré pasando por su lado.
Aquí entre nosotros, admito que sí tuve algo de culpa en todo esto, pero no lo diría en voz alta. Genesis eligió un camino que no compartiríamos, así que me limitaré a aceptarlo.
Y si creían que eso era malo, pues lo que me ocurrió con Maximilian le está haciendo competencia.
—PeyPey, sabes muy bien que me puedes contar lo que sea —suspiró acostándose a mi lado—. Así que cuéntame que fue lo que pasó con Genesis.
—¿Cómo sabes que pasó algo con ella?
—Porque se han ignorado desde que llegamos. Además de que con tus hermanos escuchamos una discusión entre ustedes.
—No quiero hablar de eso —me hizo cariño en mi cabeza, no obstante, no sentí absolutamente nada. No sentí la emoción que solía sentir, solo sentía rabia e impotencia, algo que se lo debía a mi prima.
