Capítulo 4- Misiones y discusiones - Parte l

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Llevaban un par de horas caminando, su misión había comenzado.

El día estaba aparentemente "tranquilo", ya que desde que Nezha se reunió con los otros habían permanecido en silencio; el azabache porque detestaba tener que hacer equipo con el mono y prefirió fingir que no existía.

Ao Bing prefirió no romper el silencio para no causar situaciones incómodas con el nuevo miembro.

Y Wukong porque simplemente no le importaba, solo le interesaba la misión, y si esos dos no hablaban mucho mejor.

Su misión consistía en encontrar una comadreja, la cual podía controlar la magia; este ser había sido expulsado del Palacio Celestial hace ya un tiempo, pero antes de irse robó un par de pergaminos sagrados, los cuales le permitían hacerse intangible en la mayoría de los lugares. En pocas palabras, su misión era sellarla en una Vasija Divina y entregárselo al Palacio junto con los pergaminos.

Después de un rato, escucharon un estruendo cerca de donde se encontraban, se trataba de la comadreja y como era de esperarse, ya sabía sobre su llegada y sus intenciones; por lo que inmediatamente comenzó a atacarlos.

El Rey Mono solo esquivaba sus ataques; para él no tenía sentido atacar, puesto que la comadreja podía hacerse intangible, no importaba que tan fuertes fueran sus ataques, lo único que conseguirían sería gastar su energía; lo mejor era evitarla y dirigirse hacia su refugio, el cual era uno de los pocos lugares en donde no podía traspasar las cosas.

Justo cuando Nezha y Ao Bing se disponían a atacar, Wukong les dijo que se detuvieran. Ao Bing se detuvo de inmediato; Nezha por su parte, no quería recibir las órdenes del mono, pero fue convencido por Bing y terminó obedeciendo a regañadientes.

La comadreja al ver que no lo atacaban decidió retirarse, su plan era hacerlos gastar su energía, pero si solo esquivaban sus ataques la que se quedaría sin energías seria ella.

Una vez que se fue, el azabache decidió seguirla, pero nuevamente Wukong lo detuvo.

- ¡¿Qué es lo que te pasa?!, ¡primero evitas que la ataquemos y luego la dejas escapar! – le dijo Nezha con enojo.

-Seguirla sería un desperdicio, ella se dirige a su refugio y es justamente a donde nosotros nos dirigimos. – respondió el Rey Mono con toda la calma posible.

Pero Nezha volvió a encarar al mono.

- ¿Y quién te puso a cargo? – preguntó el azabache con molestia. Sabía que el mono tenía razón, pero ese no era el problema, Wukong lo había derrotado fácilmente en su primer encuentro y ahora le daba órdenes; eso le molestaba, por eso siempre le llevaba la contraria.

- ¿Nunca te callas? – respondió Wukong; había estado tratando de mantenerse sereno por el bien de la misión, pero Nezha estaba acabando con la poca paciencia que tenía.

- ¡¿Qué dijiste mono?! – respondió el azabache molesto.

-Solo cállate – respondió Wukong en su límite.

- ¡¿Quién te crees que eres para darme órdenes?! – dijo Nezha parándose en frente de él, detestaba que ese mono le diera órdenes.

- ¡SOY TU SUPERIOR NIÑA TONTA, ASI QUE OBEDECE Y CALLATE! – gritó Sun Wukong, su paciencia se había terminado.

Nezha se quedó en su lugar por unos segundos, no esperaba que el mono reaccionara así; pero, por otro lado, ¿le había vuelto a decir niña?, ¿cuál era su problema? Detestaba a ese mono, desde que llegó empezó a estropear todos sus planes con Bing, y no solo eso, Wukong era un imán para la mala suerte, solo habían tenido dos encuentros y ya estaba echando a perded su relación con el dragón.

Últimamente el peli-azul le decía que se había vuelto aún más infantil, he incluso una vez lo regañó, podía sonar exagerado, pero lo cierto es que antes, no importaba lo que hiciera, Bing nunca lo había regañado, nunca hasta que llegó el mono. No sabía qué tipo de influencia estaba teniendo el mono en Bing, pero quería que se acabara.

Nezha tomó su verdadera forma, dispuesto a golpear al mono. Pero para su sorpresa, Bing detuvo su mano en forma de puño, el dragón había permanecido todo el tiempo como espectador y justo ahora había decidido intervenir.

La mirada que le dio el peli-azul era claramente de desaprobación.

El azabache ya no aguantaba más todo lo que le estaba pasando; con un poco de brusquedad se soltó de su agarre, para después brincar al árbol más cercano y subirse a la cima, en ese momento se sentía como un perro que había sido regañado por su mal comportamiento.

- ¡Nezha¡- Ao Bing llevaba un par de minutos llamando al azabache, pero al parecer no tenía intenciones de bajarse. Suspiró, a veces creía que su amigo era muy infantil.

Wukong había estado esperando, si fuera por él los hubiera dejado a los dos, lamentablemente su trabajo incluía traer a esos dos de regreso; pero al ver que los intentos del dragón eran en vano decidió hacerlo el mismo. Dio un gran salto hasta llegar a la rama donde estaba Nezha.

Por su parte, el azabache se encontraba recostado en el árbol con los brazos cruzados; seguía con su verdadera forma y había cerrado los ojos, le daba igual que estuviera retrasando la misión, no se movería de ahí.

El azabache seguía metido en sus pensamientos hasta que escuchó un ruido, abrió un ojo y pudo ver al mono, estaba por gritarle que se largara, pero cuando se dio cuenta, Wukong ya lo tenía inmovilizado.

Sun Wukong había subido al árbol, ya tenía en claro que el demonio no obedecía por las buenas, así que tenía que bajarlo a la fuerza...

Una vez en la cima no perdió ni un segundo, utilizó un sello para inmovilizar y guardar sus armas, luego usó su lazo para atar sus extremidades y finalmente bajar con él en su hombro, llevándolo como un costal de papas.

- ¡BAJAME AHORA MISMO MONO APESTOSO! - gritó Nezha mientras forcejeaba, si antes quería golpear al mono ahora quería matarlo, se sentía humillado por completo. No solo lo había amarrado con SU PROPIO LAZO, también lo llevaba como si fuera un saco de tierra.

Ao Bing había preferido quedarse en silencio el resto el camino...

Sun Wukong ya llevaba rato tratando de ignorar los gritos del demonio, estaba a un paso de ponerle un sello en la boca para que se callara...

Hasta que los gritos cesaron...

Al parecer Nezha fue el primero de los dos en dar el brazo a torcer, - al fin se calló – pensó para sí mismo el Rey Mono mientras sonreía de lado, resultó ser el vencedor.

Por primera vez en su vida, Nezha había decidido resignarse; ya llevaba un buen tiempo gritándole toda clase de cosas e incluso insultos, pero al parecer el mono no lo soltaría, su garganta ya le ardía, así que no pudo hacer más que quedarse callado.

Empezaba a oscurecer, por lo cual Wukong decidió que lo mejor era tomar un descanso; una vez que encontraron un buen lugar se detuvieron. Ao Bing se recostó en una piedra, el Rey Mono desató y bajó al azabache, para después subirse a la rama de un árbol.

En cambio, Nezha optó por acostarse en el pastizal, un poco retirado de los otros dos. Necesitaba un descanso, estaba cansado física, mental y psicológicamente; no le quedaban ganas de hablar, mucho menos de pelear. Se recostó de lado y cerró los ojos.

Niño tonto (Nezha x Sun Wukong)Where stories live. Discover now