Día 3; Primera Vez | HeeHoon

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Lee Heeseung + Park SungHoon
Heeseung Top — SungHoon Bottom
(+NiJay = Ni-ki x Jay)

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A los ojos de la sociedad Park SungHoon era considerado raro, extraño, con serios problemas mentales. A los ojos de su novio y pareja por más de un año, Park SungHoon era considerado el ser más hermoso y único que el mundo haya tenido.

Aún recordaba cómo es que se conocieron. El simple recuerdo hizo que una hermosa sonrisa se dibujarla en sus labios, y una corta risa abandonará estos, llevando su mente a aquel día lluvioso de otoño en donde mientras todo el mundo buscaba con desespero un lugar donde refugiarse de la fuerte lluvia, un chico de cabellos negros, y ojos soñadores saltaba de un lado a otro pisando con fuerza los charcos que se formaban en la tierra, salpicando así todo a su alrededor, todo incluído a él.

No pudo molestarse. ¡Vamos! , el chico después de haberse dado cuenta de su acción abrió de golpe sus dos ojos mientras que su boca se abría, y cerraba como un pez fuera del agua, buscando las palabras adecuadas para disculparse con él por haber manchado sus pantalones y botas.

Fue cuestión de tiempo para que ambos se volvieran buenos amigos, y un poco más para que terminaran siendo oficialmente una pareja. Aún a muchas personas les seguía sorprendiendo ese hecho, que el capital de fútbol americano de la universidad saliera con el raro y ermitaño de SungHoon. Pero ahora ya no le importa, era completamente feliz teniendo a aquel chico de ojos soñadores, y sonrisa hermosa a su lado. 

— ¿Heeseung? — aquella grave pero a la vez dulce voz lo atrajo de nuevo a la tierra, enfocando así sus ojos a la hermosa cara del pelinegro que lo veía curioso mientras intentaba leer su rostro con sus ojos.

— Mmm — murmuró con una sonrisa, acomodando mejor su espalda en el respaldo de su amplia y cómoda cama, atrayendo el cuerpo que se encontraba sentado encima suyo más hacía él. 

— ¿En qué pensabas? — interrogó curioso, moviendo levemente sus piernas, y volviendo a sentarse en el regazo del más alto.

— En nada — contestó tranquilo, apartando uno de los rebeldes mechones de color negro que cubrían la vista de su pareja.

— ¿Nada? — volvió a cuestionar, no creyendo en sus palabras.

— Pensaba en el día que te conocí — respondió haciendo que el más bajo de estatura se sonrojara por unos segundos, apartando su vista de los ojos contrarios, totalmente cohibido por la situación.

Eso causó una enorme ternura en su pecho subiendo sus dos brazos hasta la espalda del mayor de edad y acercándolo hasta que sus pechos quedaron pegados el uno contra el otro.

SungHoon podía ser el ser más inocente y puro que jamás había conocido. El nivel de inocencia de SungHoon no se podía comparar con el de nadie que tuviera su edad, era simplemente hermoso.

— ¿Por qué pensabas en eso? — susurró con su cabeza pegada en su fuerte pecho.

— Porque me gusta hacerlo.

La habitación de repente se vio sumida en un agradable y relajante silencio, escuchando las gotas de la lluvia golpear en su ventana mientras cada uno de ellos tenía su mente volando por las nubes, dejando que sus respiraciones se fundieran y fueran al mismo ritmo.

Nunca, en todo ese tiempo, habían pasado más allá de los besos, y uno que otro caliente roce. Y no era porque él no quisiera, mierda él lo deseaba con locura. Tomar al más bajo y fundir sus almas en una, sentir aquella piel suave y acaramelada entre sus dedos, escuchar sus roncos gemidos mientras lo hacían.

👣 ¹ 30 days of smut challenge ✔️Where stories live. Discover now