The eyes of sadness

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Era jueves por la tarde y Bakugou había tomado una decisión. 

Se había encontrado a si mismo pensando en la posibilidad de permitir que su pelirrojo amigo lo acompañara. Kirishima era muy bueno a la hora de cargar cosas pesadas, ya lo había confirmado varias veces.

Sería beneficioso llevarlo como su burro de carga personal. Pero no podían ir juntos.

Bakugou necesitaba tiempo para pensar. Últimamente las cosas en su mente iban terriblemente mal.

Por esa razón se encontraba descargando su ira en el campo de entrenamiento. Golpeando y explotando cualquier objeto que se le cruzara.

¿El problema? Su madre y su padre estaban a punto de separarse.

Después de años de eternas discusiones y peleas, por fin había llegado el día final. Si es sincero no le dolía. De hecho se encontraba celebrando. Sin embargo, todavía necesitaba procesar.

Todo ocurrió demasiado rápido. Apenas comenzando la semana su madre lo había tomado del brazo antes de que pudiera salir de casa, lo miró con toda la seriedad que alguna vez vio en ella y le dijo sin vacilar que su padre y ella estaban en medio de un proceso de divorcio.

Y aunque en el fondo siempre supo que llegaría el día, las palabras lograron golpearlo de alguna u otra forma. Era algo de lo que siempre estuvo consciente pero que pensó nunca sucedería. 

Ahora necesitaba despejar su mente.

Ya lo tenía todo listo desde su estúpida salida con Kirishima. Al llegar a casa después de varias horas divagando de tonterías con su mejor amigo, se puso a guardar un sinfín de cosas en su mochila de acampar. Sin prestar atención al hecho de que la mayoría de los objetos serían inútiles para ir a la montaña. Su cuerpo solo se movió por sí solo y metió cosas al azar.

En ese momento su mente todavía estaba en el parque, bebiendo un café amargo y mirando las estrellas junto a la persona más feliz del mundo.

Inconscientemente sus labios se curvaron al recordar la gran y estúpida sonrisa llena de dientes de Kirishima.

Siempre se preguntó como es que Kirishima puede sonreír tanto, como puede sonreírle a él. Bakugou nunca fue motivo de las sonrisas de la gente, al contrario, solo fue causante de muecas nerviosas y aterradas.

Como Deku, el maldito salía corriendo nada mas verlo y no lo culpaba. Logró darse cuenta muy tarde del daño que le infringió no solo a él sino a todos a su alrededor.

Pero ya no hay vuelta atrás. No podía viajar al pasado.

Entendía porque de entre todos los humanos sobre la tierra Kirishima era su favorito. Su amigo era el reflejo viviente de un escudo, las palabras duras de Bakugou nunca lograron herirle, y si alguna vez lo hicieron todavía lo intentó. Todavía intentó ser amigo del monstruo.

Algún día tendrá que agradecerle todo lo que hizo por él, no será ahora o mañana, pero algún día lo hará. Cuando no tuviera miedo de sus propios sentimientos.

Fueron tantas las veces que odió esa parte de su subconsciente que realmente consideraba a Kirishima su héroe. Se odió al imaginarse como se sentirían los cálidos brazos de Kirishima envueltos alrededor de él.

Lo peor de todo es que no es como si nunca se hubieran abrazado.

Claro que lo habían hecho, tantas veces que perdió la cuenta. La mayoría de esas cuando Bakugou despertaba de una de sus tantas pesadillas.

Pero el problema era que Bakugou quería otro tipo de abrazos, del tipo que se dan las parejas cuando están a punto de besarse... simplemente asqueroso.

𝐇𝐀𝐔𝐍𝐓𝐄𝐃 |Kiribaku/Dekukatsu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora