𝐇𝐀𝐔𝐍𝐓𝐄𝐃 |Kiribaku/Dekukatsu|

Evidence and suspicions

Se preguntaba cuanto tiempo había pasado desde que sus lágrimas no paraban de caer, tal vez un semana entera. Una semana en la que no hubo rastros de Katsuki Bakugou, su mejor amigo y amor de su vida había desaparecido sin dejar rastros y absolutamente nadie tenía idea de su paradero o de que pudo haberle pasado. Maldición, la policía ni siquiera estaba segura de si seguía con vida o no. Cada día salía una nueva teoría al respecto, pero todas siempre llevaban hacia algún villano de cuarta al cual investigaban solo para terminar en otro callejón sin salida. Era como si Bakugou se hubiera esfumado en el aire, no habían pistas, mucho menos alguna cámara que pudiera sacarlo de la enfermiza duda que carcomía a Kirishima de manera dolorosa con cada segundo que pasaba.

No paraba de culparse por no insistir más, por no ser un poco más valiente. Se odiaba más que nunca en su patética vida. Sabía que probablemente él no habría sido de mucha ayuda contra un villano poderoso, pero al menos hubiera luchado, hubiera muerto con tal de impedir que se llevaran a Katsuki de nuevo.

Sus ojos volvieron a nublarse al recordar la primera vez que Bakugou fue raptado, sus recuerdos divagaron directamente hacia el momento donde tomó su mano con fuerza, recuerda la textura magullada de su piel después de la explosión, fueron minutos eternos los que Kirishima dedicó a admirar cada detalle del alma de su amigo a través de sus ojos, no había miedos ni dudas en su pálido rostro manchado de hollín, solo una gran sonrisa que iluminó todo el mundo de Kirishima y que era solo suya para apreciar.

Apretó con fuerza el teléfono móvil entre sus manos mientras las gotas saladas continuaban empapando la pantalla. El rostro iluminado y tranquilo de Bakugou después de una sesión de estudios le devolvía una mirada calmada a través de ella, la pequeña sonrisa cansada en sus labios fue el detonante para que más lágrimas salieran de sus ojos rojos e hinchados.

Abrió con una mano uno de los cajones cercanos a su cama y buscó su cuchilla sin dejar de ver la pantalla entre sollozos.

Había estado realizando este ritual desde el primer día después de la interrogación en UA. Era una manera de afrontar su inmenso dolor por la pérdida, una forma de castigarse por cada día que Katsuki no estaba a su lado, por cada día que su amado rubio no llegaba a su habitación entre gruñidos para ayudarlo a estudiar o simplemente para pasar el tiempo a su lado. Por un día más en el que no veía su malvada sonrisa ni escuchaba su rasposa voz. Por todos los días en que su Blasty no llegó a casa ni vio a su familia.

Se quitó la camiseta de la escuela rápidamente para luego acariciar con lentitud los cortes a medio cicatrizar de los últimos dos días, las yemas de sus dedos trazaron las gruesas líneas sobre su torso, contó siete en total, con esta serían ocho.

Apretó la cuchilla contra su pecho con precisión y respiró profundamente, el alivio comenzó a expandirse por sus nervios al sentir el punzante dolor de ser cortado. Pero su doloroso ritual fue interrumpido por el sonido de otra notificación. Dejó la cuchilla a un lado y se limpió los ojos con la muñeca antes de mirar por última vez la fotografía de Katsuki con tristeza. Suspiró al presionar su bandeja de entrada y ver todo el alboroto de mensajes no leídos. ¿Qué pasaba ahora?

Sus ojos se abrieron sorprendidos al leer de lo que hablaban sus compañeros. Todo comenzó con un mensaje de Ashido, y luego todo de descontroló.

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[Mina👽] Chicos, dejando de lado a la liga, ¿no han pensado en la posibilidad de que el culpable sea alguien de la propia UA?

[Shou-chan❄] Ashido tiene razón, es probable que alguien de la academia haya aprovechado su impunidad de estudiante para hacerle daño a Bakugou. Es nuestro deber como futuros héroes descubrir la verdad y no encubrir a ningún criminal aunque sea de nuestro círculo cercano.