Los chicos esperaban su turno como condenados a muerte. La sala de interrogatorio provisional había sido dispuesta en una de las aulas abandonadas del gimnasio para que no haya la necesidad de que los estudiantes salieran de la escuela. Se programó así por tratarse de un caso que involucraba a una de las mejores escuelas de héroes, y teniendo en cuenta que todos los alumnos allí contaban con grandes capacidades no solo físicas sino también intelectuales, el departamento de investigación criminal habló con los maestros y todos estuvieron de acuerdo en que no podían dejar que los alumnos tuvieran tiempo para armar una coartada, así que decidieron agarrarlos en frío.
El primero en entrar fue Iida, que como el representante de la clase lo más aceptable era ofrecerse primero para dar el ejemplo a sus compañeros, quienes lucían demasiado asustados como para moverse.
Por su parte, Izuku se mantuvo calmado y con la mente en blanco mientras veía a sus compañeros entrar y salir de la sala con rostros angustiados, pensando en una historia convincente. Pero a medida que las sillas iban quedando vacías y solo restaban él y algunos más, la calma se fue disipando para dar espacio a la ansiedad.
Si bien era cierto que Izuku se había encargado de no ser notado por ninguna cámara y se aseguró de que nadie más los seguía ese día, su cerebro compulsivo lo obligaba a perfeccionar la trama de su coartada hasta eliminar cualquier hueco que lo pusiera en la lista de sospechosos.
El reloj en la pared marcó el inicio de la siguiente hora y el gimnasio estaba casi vacío. Ahora solo eran él y el grupito con el que Kacchan solía juntarse, los mismos que no habían dicho ni una sola palabra desde su turno y solo se disponían a esperar al faltante.
Kirishima fue el último en salir y esa fue la señal de Ashido, quien se levantó y lo apretó en un abrazo silencioso mientras Sero le ofrecía una botella de agua. El sonido amargo del llanto del pelirrojo lo hizo sonreír internamente.
Por fin se había deshecho de esa estúpida sonrisa.
Miró con desdén como el grupo de amigos se dirigía a la salida y puso su mejor semblante preocupado cuando escuchó a Aizawa llamarlo. Era su turno.
El oficial le tendió la mano amablemente al verlo entrar y le pidió que tomara asiento en la silla frente a él.
—Buenos días joven. Primeramente, tengo que avisarle que por motivos de protocolo esta conversación será grabada para su posterior revisión, ¿está de acuerdo con eso?
—Si señor.
—Bien. Comencemos —el hombre le sonrió y encendió la pequeña grabadora situada en el escritorio.
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[Archivo N° 19, Clase 2-A: Midoriya Izuku]
—¿Cuál es su nombre y edad?
—Izuku Midoriya, 17 años.
—¿Ha tenido algún antecedente penal antes?
—No señor.
—¿Tiene alguna adicción a las drogas, alcohol o algún otro tipo de sustancia?
—No.
—¿Usted es amigo o mantiene algún tipo de relación con Bakugou Katsuki?
—Yo... bueno, a él no le caigo muy bien.
—¿Hay una razón por la cual no le agrade?
—No lo sé. Solíamos ser amigos cuando éramos niños pero... un día de repente todo cambió.
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𝐇𝐀𝐔𝐍𝐓𝐄𝐃 |Kiribaku/Dekukatsu|
Fanfiction¿𝐻𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑑𝑜́𝑛𝑑𝑒 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑎𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑙𝑖́𝑚𝑖𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑜𝑏𝑠𝑒𝑠𝑖𝑜́𝑛? ¿𝑃𝑢𝑒𝑑𝑒 ℎ𝑎𝑏𝑒𝑟 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑡𝑎 𝑎𝑡𝑟𝑎́𝑠 𝑜 𝑦𝑎 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑎́ 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑖𝑑𝑜? Bakugou nunca hubiera podido imaginar lo que sucedería cuando fue a e...