18. "Cartas"

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Habían pasado, más o menos, tres semanas desde el último día que estuvimos en la casa de verano de la familia Morris. En estos veintiún días, mi cabeza no ha parado de darle vueltas a una única cosa: la odiosa carta que le había enviado Lili a Gael.

El último día en la casa del lago pasó algo, de lo cual me arrepiento bastante: leí la carta. Recuerdo perfectamente todo lo que decía, como si fuera la lección para un examen.

"Hola Gael, teniendo en cuenta que no respondes mis mensajes, he decidido escribirte una carta.

Bueno, solo quiero decirte que te echo de menos. Cada día de la semana echo en falta tus besos, tus caricias y ayudarte en buscar papeles en películas o series nuevas. Hablando de ello, me han dicho que, hace poco, fue la premier de la película en la que soñabas protagonizar cuando estábamos juntos, así que, ¡enhorabuena!

A propósito, en dos meses, cuando empiecen las vacaciones de semana santa, estaré en Londres. He conseguido trabajo como maquilladora en una nueva serie que se rueda allí, a si que, si quieres, te puedo llamar para que podamos vernos y hablar las cosas.

En fin, espero que podamos vernos dentro de poco y retomar nuestra relación.

Con amor, Lili"

Ni si quiera sé porque lo hice, pero, en el segundo que comencé a leer la primera palabra, no pude parar hasta que leí la última frase. Me dolió mas de lo que quiero reconocer leerla. Parecía como si hubiera algo que retomar entre ellos dos, como si todavía hubiese brasas donde hubo llamas.

Interrumpiendo todos mis pensamientos, mi madre entró en la habitación con una sonrisa. Llevaba unos días encerrada en mi habitación, sin querer hablar con Gael. En cuanto a Lia..., no hablaba demasiado con ella, no me apetecía contarla lo confundida que estaba con aquella carta.

—Cariño— abrió la puerta con sigilo y sonrió acercándose a mí. — ¿Cómo estás? Hace siglos que no hablamos. Cuando no estoy de guardias o reuniones, estás encerrada aquí, en tu habitación, haciendo algo que desconozco.

—Estamos con exámenes, por eso me paso el día aquí

Mi madre sabía perfectamente que mentía. Siempre hemos sido como uña y carne, nos hemos entendido a la primera, sin ni si quiera decirnos lo que pasaba. Ella se sentó en el borde de la cama, sin decir nada, y observando como pasaban de nuevo los malos pensamientos de aquella carta por mi mente.

Cerré los libros lentamente y los amontoné en un lado de la mesa, quedando así la mesa con el ordenador abierto. Justo cuando estaba todo recogido, una notificación hizo que se encendiese la pantalla de nuevo

De Gael: Hace semanas que no respondes mis mensajes, me evitas en la universidad y no nos vemos, ¿pasa algo?

—¿Seguro que te encierras en la habitación por los estudios? —no quitó la mirada de la pantalla y la bajé inmediatamente al notar que lo había leído

—Si. —mentí, pero, aquella mentira no duró mas de dos segundos. —Leí una carta

—¿Una carta? —dijo extrañada. —¿Una carta de Gael?

—Si, bueno, era dirigida a él.

—¿Y me vas a contar lo que ponía? ¿o te lo tengo que suplicar? — se rio y accedí a contárselo

Le conté todo, cada detalle de la carta, que me gustaba Gael y que esos días en la casa del lago para estudiar se convirtieron en algo más, en un paso enorme que acabó haciendo que me perdiese en mis pensamientos, los cuales no tenía claro si estábamos o no juntos.

Sin limitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora