DARK DEVIL

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- ¿Qué estás haciendo? - pregunté al verla correr por toda la casa, ella me ignoró completamente mientras entraba y salía de su habitación- ¿Qué haces? - volví a preguntar

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- ¿Qué estás haciendo? - pregunté al verla correr por toda la casa, ella me ignoró completamente mientras entraba y salía de su habitación- ¿Qué haces? - volví a preguntar

- Toma todo lo que necesites, nos vamos - respondió

- ¿A dónde? ¿Qué está pasando? No entiendo-

- No debes entender una mierda, recoge tus malditas cosas y nos largamos -

- ¿Qué hiciste? - Estaba tan extenuante de los problemas en los que se metía

- No te importa -

- ¿Ahora no me importa? - no pude evitar soltar un resoplido - Debe de si me quieres arrastrar en todo esto. ¿Qué carajos fue lo que hiciste? - sabía que la respuesta no era nada bueno no había siquiera por qué preguntar, pero estaba en mi derecho a saber que había sido esta vez

- Mira mocosa, recoge cada una de tus porquerías y ... - le corte su palabrería

- ¡Ya basta!, no soy una maldita niña. Te recuerdo que soy la persona que ha estado pagando la comida que te metes en la boca y cada cosa que vistes es por mí, porque eres una buena para nada- su mano aterrizó en mi mejilla, un jadeo salió de mis labios ella realmente se atrevió a golpearme

- A mí no me levantes la voz perra – dijo entre dientes - me debes respeto, solo eres una puta barata que no sabe ni cómo venderse a sí misma -

- ¿Respeto? ¿A ti? - una risa casi histérica salió de mí- Tu no mereces una maldita cosa de mí, cada cosa que posees es gracias a esta puta barata. Si de respeto hablamos, eso me lo debes tú, pero como eres una ingrata drogadicta que no sabe que está haciendo con su asquerosa vida, no espero muchas cosas de ti. Ya no.

Vi sus intenciones de pegarme nuevamente cuando se empezaron a escuchar ruidos desde la puerta principal.

- No puede ser - dijo un poco asustada, corrió hacia la cocina y la observé abrir la puerta trasera para salir corriendo, no pasó tanto cuando escuché que la puerta había sido abierta.

Un hombre alto quizás de un 1.85 cm de alto, cabello negro como la noche y unos ojos azules que podrían pasar por un gris, ojos que no reflejaban ninguna emoción que no fuese poder, ojos que se engancharon a los míos haciéndome temblar ligeramente, cortando el contacto visual lo detalle completamente. Llevaba unos vaqueros negros con una camisa de seda del mismo color. Los 3 primeros botones se encontraban sueltos dejando ver los tatuajes que se encontraban en su pectoral derecho. Las mangas estaban enrolladas hasta por encima de sus codos. Llevaba un Rolex en su muñeca izquierda. Sus eran brazos fuertes y bien trabajados, en su brazo derecho se podía apreciar más tatuajes al igual que su mano.
¿Quién diablos era este hombre y cómo entro a mi casa?

- Atenla –  ordenó

Su voz profunda y ronca erizaron los vellos de mi piel. ¡Maldito infierno! este no era el momento de apreciar una voz como esa, más bien podría concentrarme en el hecho de que el hombre a unos centímetros de mi era inglés y eso lo hacía aún más sexy.
Un hombre se acercó a mí mientras estaba sumergida en mi divagación mental, sentándome bruscamente en una de las sillas de mi comedor me sacó de mi ensoñación.

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