Capítulo I

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*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo y el libro completo en Patreon.com/chispasrojas.


Capítulo I. El Heredero de Valinor

Idris, La Ciudad de Plata, reposaba bajo el manto níveo del invierno. En enero, las heladas nocturnas se habían asentado tras los gruesos muros de la ciudad humana más importante del Reino de Valinor.

Una espesa tormenta de nieve se cernía sobre ellos desde hacía semanas. En esos días, la capital humana esperaba la llegada del ser más amado y deseado por el Rey Cyrion y su esposa Aria. La reina esperaba dar a luz a su descendencia, en una noche fría, sin estrellas.

Los aposentos reales se mantenían calientes con la ayuda de los hornillos de lumbres que las doncellas removían con badilas de metal. Los techos eran altos, cóncavos, de piedra, y los suelos se cubrían por gruesas moquetas de terciopelo azul. El lecho de Aria se encontraba acomodado por varias mantas más, y bajo la atención de una matrona, la hermosa mujer de cabello negro dio a luz al heredero del Reino de Valinor.

Cyrion se encontraba sentado en el Trono de Idris, contemplando la forma en la que la agresiva tormenta incidía sobre la ciudad desde las plateadas ventanas ojivales. Con una mano sobre la empuñadura de la espada de Alfeheim, La Tormenta de los Dioses, escuchó el último gemido de su esposa dando a luz al primogénito de su estirpe.

Una sangre bendecida en antaño por los Altos Elfos con el don de Larga Vida.

Solamente unos segundos separaban a Cyrion de su locura, pues esa noche era más oscura que nunca y el susurro de la oscuridad nublaba la conciencia del Rey de Idris. Las vértebras de la hoja relucían en tonos carmesíes, una corriente eléctrica penetraba en las yemas de sus dedos, y sus ojos, a punto de escapar de las órbitas, habían perdido el brillo que les caracterizaba. Cyrion había sido subyugado por su mayor temor; él. Él. Estaba allí, tras las cortinas, tras las ventanas, se ocultaba tras la nieve y le susurraba todas las noches, bajo su almohada.

La primera y única vez que Aria tomó a su hijo en brazos, esbozó la sonrisa más luminosa de la noche.

—Evening será su nombre —dijo la reina—, porque nació en la noche más oscura y se convertirá en la estrella más brillante de nuestros ojos.

Las doncellas le ayudaron a envolverle, a darle de mamar al pequeño. Después recogieron los aposentos, y algunas abandonaron la recámara para preparar la cena de Aria. Ella era tan feliz, que no creía que pudiera soltarle. Su hijo, su pequeño, el resultado de su unión matrimonial y amor.

Mientras tanto, el Concejero Real entraba en el salón del trono para informar al Rey del nacimiento de su primer hijo.

—Mi Rey —Elendil inclinó la cabeza—, las doncellas cuentan que su primer hijo ha nacido. Es un varón, se encuentra sano, y Aria está más radiante que nunca. Conozca a su hijo, mi señor, la ciudad de Idris amanecerá con una nueva luz cuando sepan que por fin ha llegado a nuestro mundo.

—Elendil. No hay luz que pueda contener la oscuridad de este mundo —Cyrion tenía la voz ronca, tan fría como la tormenta—. Márchese antes de que sus ojos se cierren para siempre.

El Concejero Real pestañeó varias veces, después se dio la vuelta y abandonó el salón con un extraño escalofrío. Cyrion se encontraba en tensión esos días, las sombras eran más densas en el Reino de Valinor, pero ninguna tormenta de nieve era suficiente para amenazar a su pueblo. O eso creían.

Dynasty I: Viajeros del Alba ⋆ Kookv [Chispasrojas]Where stories live. Discover now