Capítulo II

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*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo y el libro completo en Patreon.com/chispasrojas.


Capítulo II. El Valle Perdido

La cascada de Elemmirë era un sueño olvidado, la espuma de sus aguas reflejaban el resplandor de las estrellas en el trascurso del largo río que atravesaba el Valle de la Estrella, surcaba las recónditas, verdes y frescas hondonadas feéricas, las cuales se extendían hasta la costa verde y blanca del Mar Celes. En la tercera Edad, los humanos, Enanos, los Elfos de la Noche, del Bosque, y cada una de las especies y criaturas de Gaia, habían olvidado a los Primeros Nacidos. Aquellos seres hermosos e inmortales que conocieron a los Valar, los Dragones Elementales que hablaban, que antiguamente protegían y navegaban en Gaia con un batir de alas.

Los Altos Elfos eran la especie que todos habían olvidado, y su hogar, Elemmirë, La Ciudad Olvidada, se ocultaba entre la costa del Mar Celes y el valle más hermoso de todos. El Reino de Celes era un paraje, extenso, fresco, lleno de luz y pacífico. La falta de seres mortales había provocado que la naturaleza de Gaia fuera más fuerte allí que en ningún otro lado, en sus bosques, las criaturas que se escondían en los ríos y tras las rocas, que comían musgo y que echaban a volar sobre las espesas copas de los árboles.

Los Reinos de Gaia habían olvidado a Elemmirë, habían olvidado el camino, el Valle de la Estrella se había vuelto invisible para los ojos de los desconocidos. Y los mortales, con el tiempo abandonaron la idea de que los Altos Elfos existieran en la tercera Edad. Tras búsquedas incansables, aquel precioso paraíso cincelado, entre el bosque y las laderas que daban al mar, ahora sólo se relataba en los libros que guardaban bajo llave los ariscos Elfos del Bosque.

En la plataforma más alta de Elemmirë, frente al Mar Celes, se encontraba el Árbol Ginso. Un árbol blanco, cuyo corazón bombeaba agua dulce y fresca. Sus raíces se sumergían en la montaña, las cascadas que daban al exterior y llenaban de vida el valle y a Elemmirë, brotaban del corazón del árbol. Se decía que las flores y las libélulas blancas del Árbol Ginso eran la memoria de Eru, el Dios de Gaia. También se creía que las flores que se soltaban de sus hojas y ramas, a veces volaban por el cielo llevándose los susurros de los caídos en las batallas.

Los Altos Elfos eran las criaturas más sabias, más longevas, y más espirituales de toda Gaia. Las aguas de la cascada bañaban los pies de sus construcciones junto al río, entre la naturaleza, sin perturbar lo más mínimo su esencia. Con altas columnas y arcos, construcciones elegantes y alargadas, con cortinas de seda, con decoraciones naturales y exquisitas. Flores blancas, enredaderas, mullidos almohadones y exquisitas ropas que tejían con sedas que brillaban a la luz de las estrellas. La ingeniería élfica de Elemmirë les suministraba todas sus necesidades y se habían convertido en un pueblo autóctono.

—El maná es la savia, la sangre del Árbol Ginso —relataba el Alto Elfo—, en la zona subterránea de la montaña, se extrae una cantidad limitad diaria, que sirve como alimento energético para toda Elemmirë, ¡ingeniería élfica, muchachos!

—¿De qué color es la savia, señor Kuro?

—¡Azul, por supuesto! ¡Azul, y luego, de todos los colores de Gaia!

—Pero, ¿la savia no se acaba? ¿No es peligroso usarla?

—Por supuesto que no se acaba, joven. Es un regalo de Eru.

Los Elfos más jóvenes pasaron al interior de la montaña para hacer una pequeña visita guiada, estaban realmente encantados, asombrados por estar allí, dentro de los terrenos más protegidos del Palacio de Elemmirë. Todos los Altos Elfos adoraban profundamente al Árbol Ginso, y sólo la familia real tenía permitido visitarlo de cerca, tocar el tronco que palpitaba con una mano y observar la gran esfera de agua céntrica que bombeaba como un corazón enorme. Era tan legendario, que ni siquiera estaba permitido llevarse las flores que caían del árbol, pues éstas, siempre encontraban un camino de ida por el aire, y jamás volvían a verlas.

Dynasty I: Viajeros del Alba ⋆ Kookv [Chispasrojas]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें