Pacto de Sangre - Serie Hombres Lobo I

Juego de Poder

Las risas de Iuri y Malik que parecían la más feliz de las parejas tenían un poco desconcertado incluso a los reyes. Los duques, en especial Casio y Kolya, querían creer que la situación era un buen augurio para quienes ponían en duda la posibilidad de la alianza.

El Rey de Turmeni salió del salón decepcionado por haber cedido a las pretensiones de sus súbditos, en ningún momento quería que su hijo se uniera a un vampiro, el pensar que tendrían un híbrido ya generaba en su cuerpo el rechazo por el vástago que aún ni siquiera sabía si podía ser engendrado, de inmediato a su mente vino la imagen del Deum que desde que Iuri se graduó en el Instituto Bertusell, no se le despegaba protegiéndolo. Hubiese deseado continuar enfrascado en sus pensamientos, pero en el corredor percibió el aroma de quien sabía que tan pronto se enterara de la noticia aparecería para recordarle los compromisos adquiridos años atrás.

—Te esperaba Sergei.

—Te he dicho más de una vez que no vengas a este lugar —expresó el rey arrastrando al invitado indeseado a la habitación más cercana y cerrando con candado para que no los interrumpieran.

—Dame una explicación del espectáculo en el salón —la voz poseía un claro tono de reproche así como de cinismo—. Teníamos un trato y con esto lo has roto.

—¿Trato? Con todo lo que ha pasado en estos días considero que el trato lo rompiste antes —cortó la conversación el Alpha con rabia—. Mi hijo merecía mucho más, pero tus tonterías hicieron que lo juntara con ese repugnante muchacho.

Sergei llevó su mano a sus ojos sobándolos, cuando la retiró se encontró con un sobre que contenía información sobre Jafra y la manada de Igave, suficiente para confirmar la relación de Kaire con el nigromante, acusarlo de infidelidad y de como el actual duque acolitó el romance. De igual manera, se leían datos sobre el beneplácito con que el Lord permitía en sus tierras la presencia de los Dhampir y los sitios de reunión de Anthu con los Upiros.

Agradeció por la investigación para solicitarle esperar por la recompensa que bien ganada se la tenía, en la posada de Majestic.

—Esto amerita un bono extra y —Sergei quería darle a entender que el convenio que realizaron ya no existía—, te lo daré en dinero, sobre Iuri olvida cualquier negociación anterior.

El rey asumió que el silencio indicaba que había conformidad con las nuevas condiciones, fijaron el nuevo encuentro para el día siguiente, se despidieron para Sergei cavilar la forma como haría llegar los documentos al Consejo Vampírico, aunque nadie le aseguraba que esas bestias no conocían la situación del Clan Jafra, tampoco creía que vieran con total beneplácito las acciones de Farko; no obstante, era la manera más rápida de sacar a Iuri de la ecuación y ganar el favor de los Lores sin dañar más a los pobladores de Turmeni.

«Por el bien mayor», pensó recordando lo acontecido en Yamelt, eso no podía suceder de nuevo, él mejor que nadie comprendía la actitud de Salomón. El líder perdió la cabecera de su ducado, el centro de comercio con las demás manadas, los pocos que lograron salvarse estaban tan aterrados que lo único que podían nombrar era a seres similares a demonios cuyos ojos rojos brillaban mientras despedazaban a sus víctimas.

Decidió regresar al salón antes de que su esposa solicitara su presencia, cuando estuvo en el corredor la sensación de ser observado se manifestó, paranoia o no, los ataques en el reino ya lo mantenían siempre en guardia. Sin embargo, no percibió ninguna esencia, por lo tanto, siguió caminando para en la puerta del gran salón encontrarse con la presencia de Kolya y la dama de compañía de la reina, Julia Vinice.

Ambos se inclinaron ante él, era claro que la conversación no era para nada agradable. Por el malestar de los aromas, preguntó el motivo de la discusión.