Impulsos

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Mikey nació privilegiado por la naturaleza, siendo un alfa dominante con una increíble destreza para el liderazgo, nunca menospreció a otras castas e incluso su primera pandilla estaba conformada por varios omegas con una gran y sorprendente capacidad de combate.

Solía ser una buena persona, pero lamentablemente, su corazón se vio sumido en la oscuridad y sentimientos extraños se apoderaron de él.

El instinto de un alfa por dominar y poseer, sabía que no podía ir en contra de su naturaleza, por lo que decidió alejarse por el bien de los demás y en especial de Takemichi.

Sabía que estaba mal mirar a su amigo de esa manera, sabía que estaba prohibido para él desearlo pero no podía evitarlo, aún cuando el chico de ojos celestes era un beta.

Para ese entonces, la relación entre alfas/omegas y betas era un tabú pero realmente no le importaba, su único impedimento era su desesperado intento por ocultar esos demonios que estaban en su interior.

Takemichi volvió al futuro y Mikey tomó un rumbo diferente, el cual lo llevó a un mundo lleno de atrocidades, corrupción y drogas.

Doce años, fue difícil al comienzo pero conforme pasaban el tiempo y entre más se relacionaba con personas igual a él, sus deseos egoístas y destructivos se hicieron presente.

Intentó alejarse, hizo todo el esfuerzo que pudo para mantenerse lejos y no lastimar a nadie pero cuando descubrió como el beta intentaba contactarlo por todos los medios, lo sintió como una invitación a que dejara de reprimirse.

-Sanzu, ¿Cuánto tiempo lleva intentando encontrarme?- Preguntó Mikey mientras terminaba de comer su taiyaki.

-Fueron un par de semanas, pero desde hace unos días ha desistido de su búsqueda- Le informó el segundo al mando de Bonten, su tono era uno serio así como su expresión.

-¿Por qué no me lo dijiste desde el comienzo?

-Ese bastardo es sólo una piedra en nuestro camino, un estorbo para Bonten... ¡Un estorbo para ti, Mikey!- Gritó repentinamente.

No le agradaba en lo absoluto el beta y lo consideraba, hasta cierto punto, un impedimento para el crecimiento de su organización.

Al líder tampoco pareció agradarle el tono usado por su mano derecha, terminando el taiyaki tranquilamente y levantándose de la misma manera, para quedar frente al más alto.

De una sola patada, el chico de cabellera rosa terminó sobre el suelo.

Mikey tenía una expresión aterradora e intimidante, mirando de con enojo a Sanzu, este sólo se quedó en el suelo mientras reía con sarcasmo ante el golpe.

-¿Qué te da el derecho para decidir lo que es para mí? No vuelvas a tener el atrevimiento de hablar sobre él, la próxima vez te mataré- El de cabellos plateados caminó hasta la salida y sin voltearse, ordenó- A más tardar la media noche, quiero a Takemicchi ante mí.

Fue lo único que dijo antes de retirarse, yendo hasta su habitación para buscar alguna droga que consumir o inyectarse, sus ojeras eran bastantes notorias y una sonrisa retorcida se dibujó en su rostro.

Por fin tendría a ese chico beta, al fin sería sólo suyo.

Bajo los efectos de las drogas, su mente divagaba entre fantasías donde hacía de Takemichi un desastre, pronunciando su nombre constantemente con cierto éxtasis e imaginando escenarios donde hacía suyo al de ojos azules.

Sólo eran pequeñas dosis las que solía consumir, puesto que debía de estar lúcido la mayor parte del tiempo al ser el líder de Bonten.

El efecto fue disminuyendo, hasta que el alfa quedó algo lúcido, Sanzu había conseguido a Takemichi más rápido de lo que esperaba, eso sólo le hizo sentir un subidón de sensaciones, entre sádicas y perversas.

Quería tenerlo por completo, sólo y únicamente para él.

Fue a donde le indicó su actual mano derecha, por órdenes el último mencionado se quedaría fuera para darles privacidad.

Ahí estaba Takemichi, con una cuerda atada alrededor de sus brazos para impedir que se moviera, divisó algunos golpes y raspones, de seguro había puesto resistencia pero luego se encargaría de asesinar a los responsables de esas marcas.

-Takemicchi...

-¿Mikey-kun?- Respondió al escucharlo, volteando para verlo y al instante sus ojos se llenaron de lágrimas- ¿A qué se debe todo esto? Yo... ya dejé de buscarte.

El de cabellos plateados sólo lo observó, caminó hasta él y se agachó para quedar a su altura.

-Me encontraste, ¿No era eso lo que querías?- El beta no contestó, en cambio, sólo bajó la mirada. Acción que enojó al alfa y tomó sus mejillas con algo de fuerza para levantar su rostro- ¿Por qué dejaste de buscarme, Takemicchi? ¿Fue por los impedimentos que pusieron en tu camino? No te preocupes, ya me encargué de eso, nadie volverá a separarnos.

El de ojos azules no entendía porque Mikey se comportaba de ese modo, pero le dolía pensar lo que tuvo que pasar para llegar a ese punto.

-Quiero salvarte, Mikey-kun... por favor...

-No quiero salvación, únicamente te quiero a ti, Takemicchi- La expresión de este pasó a ser una confundida.

La mirada fija que tenía su antiguo amigo era realmente espeluznante, sus ojos desbordaban locura y fue entonces, cuando Mikey se levantó.

-Estuve esperando pacientemente estos últimos doce años, sabía que ibas a intentar buscarme a pesar de mis advertencias, sabía que volverías a mí... gracias Takemicchi, por dejarme claro que tú y yo siempre debemos permanecer juntos.

Un disparo se escuchó, los gritos del beta resonaban en el lugar mientras se retorcía del dolor, la bala había impactado en su pierna derecha y rápidamente la sangre había formado un charco en el suelo.

Mikey dio la orden de que el pelinegro fuera llevado a su departamento y antes de retirarse, se acercó a Sanzu para dar su última orden.

-Hazlo pasar como un asesinato, hoy Takemichi Hanagaki ha muerto para los demás.

Espero que les haya gustado el capítulo ^^ Es la primera vez que escribo un fic de Tokyo Revengers

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Espero que les haya gustado el capítulo ^^ Es la primera vez que escribo un fic de Tokyo Revengers

Trataré de actualizar al menos dos veces por semana

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