Cap. 25 // ARAGOG

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Narra T/n:

Después de que Albus se fuera del colegio y Hagrid hubiera sido enviado a Azkaban, en el interior del castillo todo iba de mal en peor, las visitas a la enfermería estaban prohibidas, el miedo se había extendido más aún, pero había unas personas, sin embargo, que parecían disfrutar plenamente de aquella atmósfera de terror y recelo.

Draco y Tom se pavoneaban por el colegio como si acabaran de darles el Premio Anual. Unos quince días después de que se hubieran ido Dumbledore y Hagrid, en clase de Pociones, empezaron a regodearse de la situación ante Crabbe y Goyle.

- Siempre pensé que mi padre sería el que echara a Dumbledore- dijo Draco, sin preocuparse de hablar en voz baja.

- Ya les dije que Dumbledore ha sido el peor director que ha tenido nunca el colegio. Quizá ahora tengamos un director decente, alguien que no quiera que se cierre la Cámara de los Secretos. McGonagall no durará mucho, sólo está de forma provisional...- Snape pasó al lado de Harry sin hacer ningún comentario sobre el asiento y el caldero solitarios de Hermione- Señor- dijo Tom en voz alta- Señor ¿Por qué no solicita usted el puesto de director?

- Vamos, Black- dijo Snape, aunque no pudo evitar sonreír con sus finos labios- El profesor Dumbledore sólo ha sido suspendido de sus funciones por el consejo escolar. Me atrevería a decir que volverá a estar con nosotros muy pronto.

- Ya- dijo Draco, con una sonrisa de complicidad- Espero que mi padre le vote a usted, señor, si solicita el puesto. Le diré que usted es el mejor profesor del colegio, señor- Snape me miró mientras paseaba sonriente por la mazmorra, yo asentí ligeramente dándole la razón a mi primo de que el hombre sería un gran director.

- Me sorprende que los sangre sucia no hayan hecho ya todos el equipaje- prosiguió Tom- Apuesto cinco galeones a que el próximo muere. Qué pena que no sea Granger...

- Thomas cierra el hocico- el ya no habló.

La campana sonó en aquel momento, y fue una suerte, porque al oír las últimas palabras, Ron había saltado del asiento para abalanzarse sobre mis parientes, aunque con el barullo de recoger libros y bolsas, su intento pasó inadvertido.

- Dense prisa, tengo que llevarlos a Herbología- gritó Snape, y salimos en doble hilera, yo posicionándome hasta el frente al lado de nuestro profesor de pociones, el cual al ver que era yo la que estaba a su lado, se acercó a mi un poco y me tomó por la mano disimuladamente, caminamos todos por los pasillos, pero cuando estábamos por llegar, me tropecé y para no caerme, agarré a mi profesor de su ropa, pero este no estaba atento así que cayó conmigo y a los demás se les escaparon unas risitas.

- Cállense ya todos- dijo Severus mientras se levantaba del piso y me ayudaba a pararme- Señorita Black, preste más atención a lo que ocurre frente a usted, porque de lo contrario, podría  romperse un hueso- continuamos caminando hasta herbología y en la entrada de esta, el se paró para dejarnos pasar, pero cuando yo iba a pasar, me tomó por la muñeca y me acercó a el, cuando todos entraron decidió hablar- ¿Te encuentras bien?- yo asentí aunque me dolía un poco la cabeza- ¿Segura?- negué- ¿Qué te duele pequeña?

- La cabeza- dije en voz baja, el sacó una poción de su ropa y yo la bebí- Gracias- le regresé el frasco y el lo guardó.

- No hay de que pequeña- se agachó y besó mi mejilla- Rómpete una pierna- reí y el se fue, luego entré a la clase y la profesora Sprout nos puso a todos a podar las higueras de Abisinia, que daban higos secos.

Cuando estábamos haciendo lo que nos pidió la profesora, volteé a ver a Potter quien le señalaba a Weasley una fila de arañas que salían del invernadero y se dirigían al bosque prohibido.

𝕷𝖚𝖓𝖆 𝖉𝖊 𝕾𝖆𝖓𝖌𝖗𝖊 // 𝕾𝖊𝖛𝖊𝖗𝖚𝖘 𝕾𝖓𝖆𝖕𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora