77. Tenemos Que Pensar En Un Plan

994 152 13
                                    

No recuerdo si fue en una revista o si fue un comentario de algunas de las monjas del monasterio, pero hace tiempo me enteré de que el corazón es lo último en calcinarse al cremar un cadáver, y ahora lo tendiendo, porque el corazón resiste todo, es una reserva de esperanzas que puedes liberarse en la última agonía, cuando todo se desploma puedes buscar en tu corazón y llenarte de fuerza y de espíritu para no dejarte caer por completo.

—Tenemos que pensar en un plan de escape —las lágrimas empiezan a caer con libertad propia—, hay que sacar a Dimitri de prisión... —es lo primero que se me viene a la mente.

—Tú, Inocencia Trevejes, ¿hablando de plan de escape?...  —Alexis se sorprende por mi reacción.

Sé que es un delito y que no es un juego lo que estoy diciendo, pero no encuentro otra solución, Dimitri está desplomado, y en mi corazón siento que aún puedo hacer algo por él, aunque no sea correcto, aunque peque y cometa delitos, quiero hacerlo, porque yo también soy capaz de hacer estupideces por él.

«Mi corazón está tan lleno de ti, que hasta siento que me estoy pareciendo a ti».

Tal vez así siempre tuvo que ser mi vida, oscura y delictiva, es posible que durante todo este tiempo la vida me castigara por no quererla, por rechazarla, como cuando Dios te castiga por no aceptarlo a él, de seguro así también es la vida, porque Dios es vida, y de seguro la ley entre ambas es la misma.

—¿Quieres que te traiga un vaso de agua? —Alexis está preocupado, pues no dejo de llorar frente a él, aquí, bajo la puerta de la habitación—... ¿Tal vez un té?

Doy media vuelta y camino hacia el closet de la recámara, del interior saco mis zapatos e inmediatamente me los pongo.

—Inocencia, ¿Por qué te estás poniendo zapatos? —Alexis entra a la habitación—. ¿Qué piensas hacer?

—Voy a ir al apartamento de Dimitri —digo sintiendo mi nariz congestionada y mis ganas de llorar latentes.

—¿No entendiste cuando dije que Dimitri está detenido? No lo encontrarás allá.

—Iré a hablar con Marco, tal vez él ya esté pensando en algo —intento salir de la habitación, pero Alexis tapa la puerta para no dejarme salir.

—Piénsalo, Inocencia... Marco de seguro está por las calles tratando de controlar la situación con las Mil Sombras, no creo que haya alguien en ese apartamento.

Dejo de insistir en salir y me detengo a analizar sus palabras, porque tiene sentido todo lo que dice, no es momento como para que Marco esté descansando en el apartamento.

—Supongo que tienes razón... —doy media vuelta, regreso hacia la cama y me siento en el borde mientras limpio mis lágrimas.

—Quizás hoy no sea el día tan maravilloso que pensabas encontrar —le escucho venir hacia mí—, pero recuerda que la policía puso una condición para liberar a tu familia, y esa condición se acaba de cumplir —se agacha frente a mí y luego con sus manos trata de secar la humedad de mis mejillas—, no habrá necesidad de ir a juicios ni nada, hoy mismo tendrás a tu familia de regreso, así que por lo menos muestra una sonrisa.

No creo que pueda sonreír, solo intentaré tranquilizarme un poco, porque como en las matemáticas, mi tristeza y mi alegría, al ser diferencias de igual importe, se cancelan entre ambas dejándome sin nada, vacía por dentro.

—Cuando salga el sol iremos por mi familia —aseguro con una vaga voz.

—Exacto, así que intenta dormir un par de horas más, apenas amanezca desayunamos y nos vamos.

De Monja A MafiosaWhere stories live. Discover now