Capítulo 12: Las Disculpas de Zelda

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Maratón 1/3
*Aun no pongan la canción*

Al salir al nuevo manantial, Link y yo escuchamos el sonido de una lira...la lira de Zelda. Miramos al lugar de donde proviene el sonido y en efecto, Zelda se encuentra ahí junto con la mujer a la cual nos habíamos encontrado a principios del lugar. Al terminar de tocar la canción que tocó el día de el Torneo Celeste, una columna de luz dorada aparece frente a ellas.

La mujer le indica a Zelda que vaya a la columna, sin siquiera notar que estamos a unos cuantos metros de ellas. Zelda se dirige a la columna, pero de repente se detiene, como si hubiera notado algo en el ambiente, se da la vuelta y nos mira, al igual que la mujer.

-¡Link! ¡Lana! -sonríe con demasiada alegría, al igual que nosotros, y al dirigirnos a ella y ella a nosotros, la mujer le pone su brazo para bloquear su camino-

-No, mi señora. Recuerde lo que hemos hablado. Ahora es el momento de mostrarse fuerte y preocuparse únicamente en su misión -la mujer habla con serenidad-

Al estar a un metro de las escaleras que llevan al manantial, Link y yo nos detenemos, esperando alguna respuesta de Zelda en cuanto a la petición de la señora. Nos mira algo entristecida, pero después su mirada se torna severa y frunce un poco el ceño, dándose media vuelta para dirigirse a la columna de luz dorada.

-Yo...debo irme. Lo siento, Link y Lana -gira un poco su cabeza apenas dirigiéndonos la mirada-

Camina hacia la columna y al estar dentro de ella, esta brilla con intensidad, desapareciéndola del lugar y enviándola a otro desconocido para nosotros. Link reacciona algo confuso y en shock, para después subir las escaleras con cierta rapidez, conmigo detrás de él. No llevamos ni la mitad de las escaleras, cuando la mujer, la cuál se dirigía a la columna también, nos dirige una mirada que nos hace parar en seco.

-Han tardado demasiado en llegar aquí. Sinceramente, me temo que la Diosa puede haberse equivocado al elegirlos -nos dice de forma irónica, la cual me hace poner en cierta forma, molesta- si esto es lo que cabe esperar de ustedes, jamás podrán enfrentarse a quienes amenazan a mi señora Zelda -nos mira con cautela, viendo nuestras expresiones- ¿Les molestan mis palabras, muchachos?

-En cierta forma, si -digo molesta- pero prefiero guardarme mis palabras, no pienso desperdiciarlas en usted -entrecierro los ojos mientras ella me mira serenamente-

-De no ser por mí, mi señora habría caído ya en manos del enemigo. Deben admitir que han llegado tarde -niega con la cabeza- tardaron demasiado y no fueron capaces de salvarla -miro hacia Link, quien la mira con el ceño fruncido, al igual que yo- Zelda conoce su destino, y ha ido a encontrarse con él

-Eso explica el porque se ha ido así nada más -dice Link algo molesto-

-Escuchen bien, elegido y protectora. Si desean ayudar a mi señora, deben superar las pruebas que van a encontrar en sus caminos -nos dice severamente- solamente entonces tendrán la fuerza necesaria para poder poder serle útil a Zelda. ¿Lo han entendido? -dichas estas palabras, se dirige a la columna de luz, desapareciendo al igual que Zelda-

Link y yo miramos como la columna se desvanece del camino, abriéndonos paso al "Manantial Terrenal". Miro a Link, quien suspira algo afligido y baja la cabeza, rendido ante la situación que acabamos de ver y escuchar.

-Link, no hagas mucho caso a las palabras de esa mujer -pongo una mano en su hombro- ella no enfrentó a una especie de araña de lava -digo irónica e irritada, haciéndolo reír-

-Tienes razón -me mira encarnando una ceja- ¿quién se cree ella para decirme que he llegado tarde? Si enfrenté a una criatura horrible por culpa de Ghirahim, ella no lo hizo, si, salvó a Zelda, y se lo agradezco, pero yo hubiera llegado a tiempo de no haber sido por esa horrible criatura -ríe divertido- vamos, hay que ver que recibimos en este manantial -entrelaza su mano con la mía y terminamos de subir las escaleras-

Almas Unidas (Link Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora