sᴇʀᴇɴᴅɪᴘɪᴀ |
"~ Hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta ~".
Ella tuvo una vida difícil y con dieciséis años tuvo que hacerse cargo de su hermana menor, evitando que las separen y las envíen a un orf...
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❝ MUDANZA ❞
—¡Ya termine!—grito Melina desde su habitación.
Araceli estaba terminando de empacar algunas cosas que llevaría a la casa de Sam. Había pasado una semana desde que el consejo habló con ella sobre las leyendas y las normas Quileutes, y ya era hora de que se fuese a casa de Sam.
¿Estaba nerviosa? Quién no lo estaría.
¿Tenia miedo? Tambien y mucho.
—Ara, ya acabe.—la castaña mayor se sobresalto al escuchar la voz de su hermana detrás de ella.
Estaba tan metida en sus pensamientos que no noto que había llegado.
—¿Puedes ponerlo para lavar? Enseguida voy.—dijo dándole una corta mirada para volver a sus cosas.
—¿Por que guardas tu ropa ahí? ¿Nos vamos a ir?—preguntó la menor curiosa sentándose sobre la cama.
—Algo así...—respondió.
—¿Vamos de viaje?—volvió a preguntar.
—No precisamente.
—¿Iremos con mamá?—Ara se detuvo al escuchar a su hermana.—¿Ella volvió del espacio?—dijo con mucha emoción.
Una pregunta que Araceli temió por mucho tiempo fue;
¿Dónde esta mamá?
Melina con tan solo cuatro años era muy inteligente, por lo que hablar no le costaba nada y hacía lo que cualquier niño haría a esa edad pero, lo que mas le preocupaba a Ara, eran las preguntas que un día hizo la menor.
Una y otra vez preguntaba por su madre, la castaña le había explicado que ella era su hermana. La menor seguía insistiendo en saber sobre su madre así que decidió contarle un poco sobre esa historia. Claramente de una forma que ella entendiese pero unas palabras de la menor cambiaron la historia; "¿Mamá esta en el cielo? Entonces mamá esta en la luna."
Sus palabras fueron con mucha emoción y alegría. Es pequeña y aún no comprendía del todo lo que ocurría, por lo que decidió dejarlo así y al crecer lo entendería. O eso quería creer Ara.
Toques en la puerta llamaron la atención de ambas y antes de que Araceli se diera cuenta, Melina ya iba corriendo en dirección a la entrada y decidió seguirla para evitar accidentes.
—Melina, cuidado.—la tomo del brazo antes que callera.—Ve despacio y lleva el plato al fregadero.—pidió y la menor asintió caminando hacía la cocina con el plato en las mano y su peluche debajo del brazo—Jake, hola...
—¿Todo bien?—pregunto entrando a la casa y mirando preocupado a su mejor amiga.- hace días no la veía y cuando iba a buscarla a la casa, está se encontraba vacía.
