GOLDEN [Stefan Salvatore 1]

The Birthday

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Dicen que el verano es siempre el mejor de lo que podría ser. Se supone que está lleno de libertad y, en tu adolescencia, es conocido por ser uno de los momentos más felices de tu vida. Pero hasta ahora, la brisa de verano que llenaba el aire solo había traído sufrimiento a Amalia Schultz. Se sintió atrapada en su propio cuerpo.

Y así fue.

Mientras estaba sentada en el automóvil que Niklaus Mikaelson se había obligado a sí mismo, trató de ahogar los gritos que provenían de la casa en la que estaba estacionada afuera. Los gritos que sabía eran de chicas a las que les arrancaban la cabeza nada menos que Klaus Mikaelson y Stefan Salvatore.

El sonido fue doloroso para Lia de escuchar, causando que le doliera el estómago. Se llevó las manos al abdomen y lo apretó mientras sus ojos permanecían pegados, tratando de distraerse de tener que soportar el doloroso ruido por más tiempo.

No hagas pucheros, amor. Sólo nos estamos divirtiendo.- Klaus abrió la puerta del asiento del conductor y entró en el coche, mirando a la chica. En el segundo en que sus ojos azul oscuro se encontraron con los de ella, una sonrisa apareció en su rostro.

Oh, sí, porque estoy pasando el mejor momento de mi vida.- Cruzó los brazos sobre el pecho y se reclinó en el asiento, haciendo todo lo posible por evitar tener otra conversación con su secuestrador.

Cuando una risa salió de su boca, miró por la ventana del auto para ver a Stefan saliendo de la casa con sangre saliendo de su boca. Rápidamente se estremeció ante la vista antes de volver a mirar a Klaus, que todavía la miraba.- ¿Podrías ser más espeluznante?

¿Podrías ser más hermosa?.-  Él respondió con una sonrisa, lo que hizo que ella pusiera los ojos en blanco, acompañada de un gruñido molesto.

                                           ◻️◻️◻️

¿Qué estamos haciendo aquí?.- Preguntó Amalia mientras los tres entraban a un bar en el medio de Memphis, Tennessee. Klaus aún tenía que informarle mucho a Amalia, pero había mantenido a Stefan informado de cada pequeño detalle que encontraban, que Amalia estaba acostumbrado, pero cansado en ese momento.

Lo descubrirás pronto, amor.- Klaus respondió, aunque no fue una gran respuesta.- ¿Ves a ese caballero de allí? Ya sabes, ¿el de la horrible camisa a cuadros?

¿Qué hay de él?.- Amalia miró a Klaus, insegura de lo que él quería que ella hiciera.

¿Por qué no van tú y él a charlar un poco?.- Sugirió Klaus, empujándola ligeramente en dirección al hombre y animándola a distraerlo por el momento.

Ella hizo lo que le decían, como de costumbre, y caminó hacia el área del bar, tomando asiento junto a él. Durante todo el verano, Klaus la había utilizado exactamente por esa razón. Ya fuera distrayendo a alguien o, a veces, obligándola a hacer un buen uso de sus habilidades, no la había dejado continuar sin aprovechar todo lo que podía hacer con ella.