The End Of The Affair

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Cuando llegaron a su próximo destino, tanto Amalia como Stefan habían renunciado por completo a toda esperanza de escapar de Klaus Mikaelson. Los había tomado cautivos no solo durante el verano, sino también por el resto de sus vidas. Ya sea inmortal, en el caso de Stefan Salvatore, o limitado, en el caso de Amalia Schultz.

Klaus se detuvo en un almacén que ninguno de los dos reconoció. Todavía no les había informado de adónde iban o qué estaban haciendo allí, pero continuaron abriendo las puertas de sus autos individuales y saltando fuera del vehículo para ver adónde los había llevado su próxima misión.- Bienvenido de nuevo a Chicago, Stefan.

¿Qué estamos haciendo aquí?.- Preguntó Amalia, sus ojos mirando alrededor de cada parte del área. Era un poco vago para su gusto, pero decidió abstenerse de quejarse y seguirlo, dejándola sin más remedio que confiar en él.

Sé cuánto te gustó estar aquí. ¿Te trae recuerdos de los viejos tiempos del Destripador?.- Klaus miró a Stefan, ansioso por escuchar más detalles del tiempo que Stefan pasó en la ciudad de Chicago.

No recuerdo la mayoría de ellos. Mucha sangre, mucha fiesta. Los detalles son todos borrosos.- Stefan pareció confundido por un minuto, preguntándose cómo Klaus sabía todo acerca de que él se había descarrilado un poco en Chicago. Pero como había sido probado una y otra vez, sus momentos no tan orgullosos habían sido contados como historias en toda la comunidad de vampiros, por lo que llegó a la conclusión de que era solo otra leyenda de la que Klaus se había enterado.

Bueno, eso es una verdadera lástima. Los detalles son los que la convierten en leyenda.- Klaus sonrió como si lo recordara él mismo.-  Se dijo que el destripador de Monterrey se sintió solo, por lo que se escapó a la ciudad en busca de comodidad. Era la prohibición. Todo estaba fuera de los límites entonces, lo que hizo que todo fuera tan divertido. Chicago fue mágico.

Sí, bueno, te tomaré la palabra. Como dije, no recuerdo la mayor parte.- Stefan le recordó su falta de recuerdos, sin encontrar ningún punto en recordar algo que no recordaría.

¿Vamos al grano, entonces?.- Klaus cerró la puerta, volviéndose hacia Stefan.

¿Por qué sigo contigo? Nos divertimos mucho, tus híbridos fallaron. Quiero decir, ¿no quieres seguir adelante?.- Stefan presionó por una oportunidad en la que no tendría que ver la cara de Klaus a un ritmo constante todos los días, ganándose un asentimiento de aprobación de Amalia.

Vamos a ver a mi bruja favorita. Si alguien puede ayudarnos con nuestro problema híbrido, es ella.- Klaus pasó junto a ellos dos y se dirigió al asiento del conductor del coche, que, afortunadamente, uno de sus muchos secuaces lo había mantenido abierto.

Stefan y Amalia se miraron como para preguntarse cómo diablos iban a apartarse de la situación en la que se encontraban. Amalia se encogió de hombros, incapaz de idear un plan por sí misma. Por el momento, todo lo que podían hacer era seguir las instrucciones de Klaus y unirse a él dentro del vehículo, les gustara o no.

GOLDEN [Stefan Salvatore 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora