«Después de la tormenta, llega la nieve» - Capítulo XL

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«Después de la tormenta, llega la nieve»—Capítulo XL

«Después de la tormenta, llega la nieve»—Capítulo XL

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Rosibel Jones

La nieve caía y caía, Joshua cerraba las ventanas. Lizbeth preparaba el chocolate del recetario de Annie, Alejandro terminaba de arreglar las luces del árbol y yo, bueno yo...

—Pero, mira que cosita tan hermosa es esta,—solté haciéndole muecas a la pequeña Jannie. Su hermoso rostro similar al de Annie me traían recuerdos.—Que hermosura de nena.

Deslicé las medias por sus pequeños pies, su primera navidad y ya el árbol estaba repleto. El recuerdo constante de que Annie no estaba y cuanto le hubiera gustado que ella estuviera aquí junto a ella. Aún el recuerdo de Annabeth era fresco, solo hace una semana había sido el funeral, que había desencadenado a un Joshua agresivo; el funeral fue muy difícil para todos.

—¡Todo esto fue tu culpa! ¡Tu maldito asqueroso!,—soltó Joshua golpeando el rostro del padre de Annabeth.—Si tú jamás la hubieras obligado a casarse, si ella jamás hubiera firmado...¡Ella estaría aquí! ¡Estaría viva! 

«¿Firmar?»

—¡Josh, tranquilo!,—solté tratando de tomarlo.

—¡No! ¡Maldito animal! 

Alejandro lo levantó del suelo despegándose,—¡lárgate! ¡Corre lejos, por que la próxima que te vea! ¡Te haré sentir todo lo que le hiciste sentir a mi esposa! 

El hombre con el labio partido y la cabeza sangrando corrió despavorido, la madre de Joshua se pasaba desapercibida, Joshua no quería ni verla. La detestaba, por primera vez lo había admitido, detestaba a su madre; es más él mismo había botado a su madre del funeral.

Me acerqué a Josh, lo detuve con mis manos haciendo que me viera,—eres padre, compórtate. Nos duele a todos, no solo a ti, pero debes ser fuerte; Jannie se asusta con los gritos, deja de hacer eso y tranquilízate. 

—No me jodas.—Trató de alejarse de mí, sin embargo lo tomé con mi otra mano sosteniéndolo. Jannie se había vuelto a dormir en mis brazos, él no quería ni verla; todo le recordaba a Annabeth y comprendía el dolor que le causaba. 

—No me jodas tú,—él me dio una mirada.—Vamos a comportarnos bien, ¿quieres? 

Él bajó la mirada conteniendo sus lágrimas, le entregué a Jannie quien solo la veía y regresaban las lágrimas. Aún no estaba listo y me dolía verlo de esa forma, no saber como ayudarlo, como contenerlo me frustraba. Annabeth era tan joven y ella hubiera sabido que hacer en esta clase de momentos, dejé a Jannie en la carriola dejando que Lizbeth se la llevara. 

—Bien,—dejé que me viera otra vez.—Eres fuerte, Josh, eres muy fuerte.

Lo abrace, contuve sus lágrimas. Él se aferraba a mi cuerpo mientras que las lágrimas mojaban mi hombro desnudo, estos días habían sido demasiado difíciles, Joshua dormía en mi habitación, mientras que Arturo había armado una cama en la habitación de Jannie para que entre Liz y yo pudiéramos verla en la noche. Jannie estaba a cargo de nosotros en casa y lo hacíamos bien, Alejandro preparaba las cantidades exactas de los biberones, siempre estábamos fijándonos en los pañales. 

Recuerda mi Nombre  [TERMINADA]Where stories live. Discover now