«Desilusiones y Amores de Blanco»-Capítulo XXI

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«Desilusiones y Amores de Blanco»—Capítulo XXI

«Desilusiones y Amores de Blanco»—Capítulo XXI

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Joshua Van der Gotten 

Las lágrimas de Annabeth recorrían por sus mejillas al ver como el doctor hacía que escucháramos los latidos del pequeño o pequeña bebé, su vientre ya era ligeramente notorio, pero aún así se podía ocultar con ropa ancha. Podíamos ver como se movía...

«¡Se movía!»

—Felicidades, señores Van der Gotten,—el doctor quitó el aparato limpiando el gel.—¿Desean saber el sexo?

Miré a Annabeth, estuvo a punto de hablar cuando mi madre la interrumpió,—aún no, no es el momento aún. 

—¿Cómo que no? Yo quiero saberlo,—hablé dándole una mirada a mi madre quien tenía sus ojos en el ultrasonido.

—Póngalo en un sobre, quiero organizar una fiesta de revelación y el anuncio del embarazo.

—¿Señores padres?,—habló el doctor haciendo un énfasis en «padres».

—¿Annabeth?,—le di una mirada a ella.

—Hemos esperado unos cuatro meses, creo que podemos aguantar hasta este fin de semana. 

—¡Alguien que sí está pensando con coherencia!,—expresó mi madre. Me estaba comenzado a joder lo que estaba haciendo, le lancé una mirada a mi madre. Iba a responder cuando Annabeth tomó de mi mano poniéndola en su vientre apretando suavemente.

—Está ahí, ¿bien?—Me hizo un ademán para acercarme a ella.—Una vez que nazca haremos hasta lo imposible por alejarlo o alejarla de tu madre,—me dio una sonrisa.

—No me gusta que se entrometa en todo esto, ¿bien?—reñí de mal humor.— Detesto que haga esto, es mi hijo,—arqueó una ceja.—Nuestro hijo.

—No tengas esa cara, ¿quieres?—responde mirándome.—Mañana nos casamos.

Mañana es la boda entre ambos. 

Estos días había sido muy agotadores pasando entre modistas que arreglaban mi esmoquin, Annabeth y yo nos casaremos en una hacienda a las afueras de California. Ella se quedó enamorada del hermoso paisaje que tiene, hace unos días había ido con ella a revisar los últimos preparativos, la boda que habían organizado junto a mi madre para nada era simple, hasta el mínimo detalle estaba planeado.

Conduje llevando a mi madre a su hotel, en la noche partiríamos a California nuevamente. Annabeth revisaba unas revistas con todas las fotos de los vestidos que usarían la dama de honor.

Rosibel y Lizbeth serían una de las damas, me parecía tan mal de parte de mi madre al obligar a Annabeth a pedírselo. Sin embargo ambas aceptaron, pese que al principio dudaron mucho, en especial la castaña. 

Ella quería que intentara ser feliz con Annabeth, y yo lo intentaría. Intentaría y lograría darle un matrimonio feliz a Annabeth y a mi pequeña o pequeño que viene en camino. Sonaba tan raro decir eso, intentar hacer feliz a una mujer. Detuve el auto en un semáforo, mi madre me dio una mirada por el retrovisor.

Recuerda mi Nombre  [TERMINADA]Onde histórias criam vida. Descubra agora