Recuerda mi Nombre [TERMINADA]

«Todo se ha vuelto oscuro» - Capítulo IV

«Todo se ha vuelto oscuro» —Capítulo IV

Arturo Williams 

El sonido de balas, las explosiones al rededor de la escuela, todos tirados en el piso. Era un bombardeo, salí del aula en donde estaba en busca de Anthony. Corrí por los pasillos, escuchaba a gente gritar, llorar, algunos pasillos que derramaban sangre, podía ver algunos salones con las mesas de trabajo rotas. Corrí hasta que choqué de con alguien, era mi hermanito, le di una mirada y lo abracé.

—Salgamos de aquí,—hablé, seguimos corriendo cuando escuchamos a una chica gritar que se alejara de ella.

—¡Ayuda! ¡Por favor ayuda!

—Linda camioneta...

La voz de Rosibel, le di una mirada a Anthony, él solo asintió y fuimos al encuentro de ella. Cuando llegamos a una de las aulas, detrás de ella habían algunos chicos tirados al suelo, en frente de ella alguien apuntando. El cuerpo de Rosibel estaba ensangrentado,  pero no sabía si la sangre era de ella o de los que estaban en el piso. 

—Tú vendrás conmigo,— habló el encapuchado frente a ella. La tomó del cuello para hacerla caminar fuera de ella. Anthony se puso detrás de la puerta, mientras que yo al lado de la pared, intervendríamos ante el.

Cuando el cuerpo de Rosibel salió del salón en un movimiento rápido, Anthony arranchó a Rosibel del agarre del hombre que la tenía, soltó el arma, pateé el arma muy lejos. Mi puño impactó contra su rostro tirándolo en el piso, tomé el arma y la guardé en mi cadera para salir corriendo.

—Tenemos que salir de aquí,—habló Anthony, estábamos en el campus, algunos estaban en los suelos sangrando, habían sido afectados.

—¡Ahí están!,—gritó Rosibel quien seguía en el agarre de Anthony.—¡Liz! ¡Josh!

Ella caminó hacia ellos junto a nosotros, cuando una pelinegra cayó al suelo, la cara de Rosibel se tornó horrorizada, se soltó de Anthony para auxiliar a la pelinegra.

—¡Liz! ¿Qué pasó?,—habló mientras descubría su rostro, ella seguía sosteniendo su estómago. 

—Estoy bien, tranquila, solo me cayó algo, necesitamos auxiliar a Alejandro,—habló, mientras se levantaba.—Está detrás del árbol.

—Iré,—habló un chico, Rosibel se paró y me dio una mirada. 

—Muchas gracias, estaré sumamente agradecida con ustedes,—habló para luego darse la vuelta y ver al pelinegro,—iré contigo para llevarlo a la enfermería. 

—¿Pueden quedarse con Liz? Por favor,—asentimos y la ayudamos a levantarse para llevarla a un lugar más tranquilo, separado de los demás. 

—Bien, Liz, ¿podemos ver la herida? 

—Por favor, no se lo digan a Rosibel,—habló mientras levantaba la camisa y dejaba ver una herida ensangrentada,—me cayó un pedazo de vidrio en el abdomen, ¿pueden quitarlo?