Capitulo 3

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Dentro del local, Jisung supo que aquel restaurante era fino y bien concurrido. Solo le basto ver las vestimentas de los clientes a quienes había identificado cómo gente de clase alta. Justo como quería su hermana.

ChaeYoung rodó los ojos en demasía, exasperada talló el puente de su nariz —Esa mocosa —Musitó por lo bajo.

El castaño cargo más fuerte a su sobrina y la apretó contra él, sin exigir tanta fuerza. Aquellos lugares no le daban buena espina y le daban escalofríos.

Avanzaron, y se acercaron hasta el mostrador, donde un elegante joven bien vestido con aquel uniforme de trabajador atendía a los clientes.

—Muy buenas tardes —Saludó, mirando despectivamente a los dos jóvenes, Jisung no paso en alto, la mueca de asco que inútilmente trato de ocultar — Sean bienvenidos a GoldenRestaurant el mejor lugar para comer y pasar una velada perfecta. Si me disculpan, en este momento todas las mesas están ocupadas —Jisung pudo observar a lo lejos, mesas completamente vacías y miró el rostro de total hipocresía en aquel hombre —Y para apartar una, debieron haber hecho reservación, pero pueden esperar a ser atendidos en esa fila de allá —Jisung y ChaeYoung voltearon donde aquel hombre había señalado, encontrándose con una inmensa fila de personas que parecían no pertenecer a un buen estatus el cual era requerido en aquel local, esperaban horas para poder entrar y reservar una mesa, la cual a veces se encontraba en pésimas condiciones y los trataban peor que basura —Espero tengan suerte —La mirada de superioridad, harto a la peligris quien puso una mano en el mostrador.

Con una sonrisa falsa y un tic tac en el ojo dijo —; Discúlpanos joven, pero nosotros ya tenemos reservación, así que si no quieres salir de aquí con un ojo morado debido al golpe que te voy a dar más vale que muevas ese culo tuyo y busques en la maldita computadora —El hombre asintió con rapidez ante la mirada amenazadora de la chica y tal como le ordenó comenzó a buscar su reserva.

—¿C-cuál es su r-reserva? —Tartamudeó.

—Han y Lee —El tipo abrió desmesuradamente sus ojos, haciendo reír a Jisung ante la mención de aquellos dos apellidos.

El chico, tal cual miró desconcertado a las tres personas delante de él y con nerviosismo, se dirigió hacia ellos —¿Han ChaeYoung y Han Jisung? —Los mencionados asintieron y sintió como se puso más pálido —¡Lo siento mucho! Su reserva es en la mesa uno ¡Kang! —Gritó, y otro chico apareció sonriente —Lleva a estas personas a la mesa uno —Ordenó, seguido hizo un par de reverencias más.

Jisung y ChaeYoung, sonrieron echando a caminar detrás del otro chico.

—Agh, como odio a tipos como él —Murmuró la peligris refiriéndose al tipo del mostrador.

Y es que sabía que no venían vestidos con telas finas, ni trajes o vestidos extravagantes, tampoco cargaban joyas llenas de diamantes o cosas así, y eso ocasionaba que muchas veces los recibieran con malos tratos de diferentes personas, pero a la hora de decir su apellido, se quedaban tan blancos como un papel y pedían disculpas a más no poder.

—Sólo olvídalos —Mencionó el castaño dándole un gran beso en la mejilla de la pequeña que cargaba en sus brazos, provocándole una ligera risa.

—Mimi —Balbuceo la niña, ChaeYoung la miró con ternura y prosiguió a acariciar su cabello.

—Mimi te quiere mucho, cariño —Menciono la peligris —Pero es mejor que te olvides de la bruja que tengo como hermana.

Jisung la miro con reproche —Chae deja de meterle cosas así a tu hija. Se que MiYeon la quiere y ama tanto como yo, solo... Qué no lo demuestra.

ChaeYoung río sarcástica —Por supuesto, por eso trató de dejarla en un centro comercial, y fingir que la había extraviado —Exclamo con rabia, recordando ese día, la impotencia y dolor que sintió al ver llorar a su pequeña hija.

Resultando el hecho de que MiYeon había decidido invitar a ChaeYoung de compras, de un momento a otro la peligris dejo encargada a Mily en manos de MiYeon mientras entraba al vestidor, pero esto no le importo a la pelinegra en cuánto salió con la niña y la dejo en medio del centro comercial. Desapareciendo de su lado y dejando a la pequeña sola en medio de la multitud.

Jisung suspiró, quizá su hermana tenía razón, MiYeon era mala —Dejemos por la paz esta conversación.

—Esa es su mesa, damas y caballero —Dijo con respeto, señalando una mesa donde se encontraban unas personas, Jisung reconoció a sus padres y la inolvidable cabellera negra de su melliza, pero también le llamó la atención el pelinegro que se encontraba a su lado, y es que juraba haber visto en otra parte aquella cabellera tan negra como la noche —Disfruten su estadía —Y se retiró de ahí.

Ambos se acercaron a pasos lentos. Un creciente temor en el pecho de Jisung.
Y deseo, deseo con todas sus fuerzas que ChaeYoung no llamará y comunicará que habían llegado, comenzaba a hiperventilar, quería huir de allí. Y no sabía la razón del porqué.

—Mis bebés, que bueno que ya están aquí —Dijo SoYeon parándose de la silla, dándole un abrazo fuerte a sus hijos y a su nieta —Vamos Siéntense, los estábamos esperando.

MiYeon rodó los ojos con fastidió, y el azabache a su lado miro con curiosidad a las personas que acababan de llegar. En especial al castañito que logró captar su atención, aquel chico que traía a una niña entre sus brazos, y solo cuándo Jisung tomo asiento y alzo la mirada, en ese momento en que sus miradas se encontraron, todo alrededor de ellos desapareció.

No puede ser, pensó, no puede ser. Sintió como su corazón bombeaba eufórico y con fuerza.

¡Pum, pum pum!

Realmente aquel chico que tanto había amado en el pasado estaba justo delante de el, de nuevo. Se quedó de piedra, estático y con mil pensamientos en su mente.

Recordó las cartas, las miradas lascivas, su nerviosismo cada vez que estaba cerca de él, sus escritos, aquellos atardeceres tan hermosos cuando lo veía regresar de sus clases. Sus ojos mirarlo con admiración y un amor tan puro tanto que dolía. Recordó las veces que deseo tanto besar aquellos labios, y fundirse entre sus brazos, las veces que soñó con la calidez que aquel cuerpo le daría cada vez que se abrazaran. Todo absolutamente todo.

Sintió miedo porqué aquella persona había hecho temblar todo su mundo y en un instante el podría derrumbarlo, parecía estúpido, pero aquel ser se había clavado con fuerza en su corazón sin hacer nada, más que existir.

Y fue en ese momento que cayó en la realidad.

Fue como una bofetada, un cruel golpe que lo hizo enmudecer y el dolor en su pecho incremento.

Aquel chico que tanto amo y observó entre las sombras durante tantos años de su adolescencia, aquel hombre que hizo sucumbir su mundo y ponerlo boca arriba, estaba frente a el, y no solo eso, no.

Era el maldito prometido de su hermana.

Era el maldito prometido de su hermana

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My Brother In Law ➸ Minsung Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin