Exilio

22

Su Qingbai se sintió impotente. "Realmente no tengo nada especial con él". Al menos no ahora .

Su Huai se dio la vuelta. "Entonces iré a buscar al abuelo".

"Espera ..." Su Qingbai apretó los dientes y miró a Su Huai.

Su Huai lo miró.

"No tengo nada que ver con él excepto amigos ... Pero si quieres verlo, te llevaré allí".

Al día siguiente, Su Huai se levantó temprano en la mañana con Su Qingbai.

Con un bollo al vapor en la mano, Su Huai se paró en la entrada, royendo bollo, y vio a Su Qingbai tirando del carro.

"Vamos, tío pequeño".

Su Qingbai lo miró. "¿Cual es la prisa?" Después de eso, se detuvo en la entrada de su casa.

Su Huai se tragó el bollo al vapor. "Tío pequeño, vámonos rápido. No puedes salirte con la tuya ".

"¿Quién dijo que me iba a salir con la mía?" Incluso con eso en mente, Su Qingbai se negó firmemente a admitir: "Estoy esperando a alguien".

Eso es cierto.

Hace unos días, las piernas de Su Ni mejoraron gradualmente e insistió en llevar una canasta de verduras al condado. Su Qingbai no pudo soportar verlo, por lo que juntó las verduras para Su Ni, lo que también fue una recompensa por su ayuda antes.

Ayer y anteayer, la madre de Su Ni fue a buscar un cónyuge para ella y no la dejó salir.

Dos días después, Su Ni quiso ir al condado a vender verduras como de costumbre, y Su Qingbai pensó que el matrimonio podría no haber sido negociado.

Al ver a Su Ni, Su Huai se sintió incómodo. Apartó a Su Qingbai a un lado. "Tío pequeño, ¿cómo podría haber una niña?"

Su Qingbai ignoró su malestar, tiró de Su Huai y le dijo a Su Ni: "Este es mi sobrino y tus compañeros. Él es mayor que tú, así que considéralo como tu Zu-xiong.1 ".

Esta joven Su Ni estaba un poco avergonzada. A la luz de la luna [aún no amanecía], miró al alto y apuesto Su Huai frente a sus ojos. Luego rápidamente bajó la cabeza y susurró que lo llamara Zu-xiong.

Su Huai estaba incómodo.

Su Qingbai también presentó a Su Ni a Su Huai.

Después de saludar, Su Qingbai vislumbró las piernas de Su Ni temblando bajo la presión de la canasta en su espalda y dijo: "Primero, coloque rápidamente sus verduras en el carrito".

Tan pronto como Su Qingbai habló, vio a su sobrino poner el bollo al vapor en su mano (QB) que acababa de roer y mostró un entusiasmo inigualable por tomar la canasta de la niña y ponerla en el carro.

Su Ni susurró gracias.

Pero Su Qingbai entendió a su sobrino. Aunque Su Ni no era particularmente guapa, aún podía ser considerada una belleza en esta ciudad.

En el camino, Su Huai le habló a Su Qingbai con una rara gentileza. Agarró la carretilla de mano de Su Qingbai y dijo: "Tío pequeño, eres bajo y no tienes mucha energía. Dejame hacerlo."

Su Qingbai escuchó esto y su rostro se ennegreció. Se metió en la boca la mitad del bollo al vapor que Su Huai acababa de poner en su mano. Finalmente, aplaudió con disgusto y dijo: "Hay saliva en el bollo al vapor".

Aunque Su Qingbai se mostró reacio a admitirlo, resultó que Su Huai era más alto que él y más fuerte que él. Sin previo aviso, llegaron al condado pronto.